La cartilla del alcohol



FINLANDIA

Un aire de prohibición flota en Finlandia desde la introducción de la 'viinakortti', una cartilla de racionamiento falsa que permite a los consumidores llevar un registro diario de las bebidas alcohólicas que toman.

 

"Antes las autoridades se encargaban de controlar su consumo. Hoy, es cosa suya", afirman los carteles a la entrada de los 330 establecimientos de la firma Alko, monopolio del estado, donde se vende alcohol.

 

La utilización de la 'vinakortti', literalmente 'cartilla de aguardiente', es estrictamente voluntaria y las compras no se han limitado, como ocurrió en 1943 en respuesta a las dificultades provocadas por la guerra.

 

En esta ocasión, los consumidores no tienen que volver a someterse a los interrogatorios humillantes de los 'controladores', funcionarios que sembraban el terror en los 50, cuando más de un millón de finlandeses poseían una auténtica cartilla de racionamiento

 

Autocontrol

En este registro de ocho páginas, que recuerda a un documento de identidad antiguo, figuran las cantidades de alcohol que, según las autoridades, son peligrosas para la salud: 24 vasos de vino (tres litros) o 24 cervezas (ocho litros) por semana para los hombres y 16 vasos de vino (dos litros) o 16 cervezas (cinco litros) para las mujeres.

 

Para comparar su consumo con estas recomendaciones, se invita a los consumidores a apuntar cada una de sus compras en un calendario mensual. La iniciativa, lanzada a mediados de septiembre, finalizará el 14 de noviembre.

 

"La idea es ayudar a la gente a autocontrolarse al anotar su consumo durante un mes. Nosotros insistimos sobre el hecho de que comprar alcohol es responsabilidad de cada uno", afirma Laura Stenbäck, portavoz de Alko.

 

El abuso de alcohol es la primera causa de mortalidad entre los finlandeses de edades comprendidas enter los 15 y los 64 años desde hace un tiempo. Las cirrosis son, hoy en día, 100 veces más numerosas que en los años 60.

 

El consumo ha pasado de un equivalente a 2,6 litros de alcohol puro por persona al año a los 11 litros que se registraron en 2006, según datos de una de las asociaciones que luchan contra el abuso del alcohol.

 

Escepticismo

Laura, de 24 años, acaba de comprar medio litro de 'Koskenkorva', el aguardiente nacional finlandés hecho a base de azúcar de cebada, en una tienda del centro de Helsinki.

 

"No tengo la 'viinakortti'", reconoce. "Pienso que tenemos el derecho de hacer cosas sin supervisión, que no estamos obligados a ser vigilados todo el tiempo. Y creo tener el dominio sobre mi consumo".

 

"Yo no la tengo, pero es una buena idea. A mucha gente le haría falta", afirma Satu, de 60 años, mientras recoge una botella de la caja del supermercado.

 

El cliente siguiente tiene otra opinión. "No necesitamos esto. Es publicidad", asiente. Y el vendedor le da la la razón: "Yo también soy escéptico. Está al límite del ridículo", añade.

 

Sin embargo, otro vendedor, Francis McCarron, estima que es una buena idea. "La gente no la utiliza verdaderamente, la guardan en la cartera, pero aquellos que la usan se sorprenden de lo que beben", asegura.

 

Él mismo se resiste: "Tengo demasiado miedo de saberlo".

Ingvald Back, responsable de la Asociación antialcohol, considera que la falsa cartilla también es una falsa buena idea.

 

"No tendrá ningún efecto y, de todos modos, estoy contra el principio. Lo que hay que hacer es aumentar los precios y reducir la accesibilidad del alcohol", remarca.

Iniciativa en Finlandia

AFP

 

FUENTE:
El Mundo/Salud/Neurociencia

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2007/10/25/neurociencia/1193331464.html