Por su parte, el Dr. Hugo González Cantú, Jefe del Centro de Ayuda al Alcohólico y sus Familiares (CAAF), coincide en que dichaa frase tiene mucho de cierto, "es incurable porque aquella persona que ya es dependiente al alcohol, después de un tratamiento no podrá pasar a ser tan sólo un consumidor social de alcohol; es progresiva en el sentido de que si la persona sigue consumiendo alcohol, obviamente el deterioro físico, mental, familiar y social va a progresar conforme siga su consumo, y mortal porque efectivamente la cirrosis por alcohol ocupa la sexta causa de muerte en México y de las 10 principales causas de muerte en el país, por lo menos seis están relacionadas con el consumo de alcohol".
El Dr. González Cantú explicó también el por qué los Grupos de AA incluyen a jóvenes consumidores de droga y no nada más de alcohol, "en México, si bien existen los grupos de Narcóticos Anónimos y de Drogadictos Anónimos, son grupos de "Hora y media", que todavía no cuentan con anexos o grupos de 24 Horas, entonces por una situación práctica los Grupos de 24 horas de AA han tenido que abrir sus puertas para ingresar a pacientes consumidores de drogas".
Ante toda esta problemática, debemos enfatizar que los Jóvenes AA también son aquellos que han encontrado en las distintas corrientes o agrupaciones del Movimiento de AA un sitio para ser escuchados, comprendidos, aceptados y desestigmatizados, y en donde hasta han encontrado amigos verdaderos y con ello el fin de su soledad.

Los grupos AA son hoy una verdadera comunidad. Así se pudo apreciar durante una visita de FISAC a las instalaciones de tres agrupaciones distintas: Grupo Jóvenes Alcohólicos Anónimos ubicado en Protasio Tagle 107, Col. San Miguel Chapultepec, perteneciente a la corriente de 24 Horas de AA; Grupo Sincho o Grupo Pescador, que es un grupo tradicional de AA, ubicado en la calle de Amatlán, casi Esq. con Michoacán, en el centro de la colonia Condesa; y Grupo 24 Horas Matriz Condesa, ubicado en la calle de Zamora de dicha colonia.
Allí FISAC recogió los testimonios que a continuación presentamos a fin de que se tenga mayor claridad sobre la realidad de los jóvenes AA.

Christian, 21 años

Yo si tuve problemas con el alcohol y con las drogas. Yo empecé a beber alcohol a la edad de 11 años. Antes de tener contacto con la primera copa yo era un joven introvertido, mi mamá me decía que por qué yo no era amiguero y sociable con las demás personas. Eso se debía a que yo tenía un gran sentimiento de inferioridad, siempre me sentía acomplejado.
Al tener contacto con el alcohol todo esto cambió. De ser el niño tímido que está sentado hasta en la esquina en la fiesta, con algunos tragos ya bailaba, tenía la facilidad para hablarle al sexo opuesto y socializarme con las personas; valor para enfrentarme a golpes con otros chavos, etc.

Yo empecé a beber desde muy pequeño, cuando mi familia se distraía yo aprovechaba para agarrar una cerveza del refrigerador o tomarme el rompope, las sobras de las cubas. Aquí en el Grupo me han dicho los compañeros que uno nace con la predisposición para beber, que el alcohólico no se hace, sino nace.
Al estar aquí en la agrupación he aprendido que el alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal, porque así lo ha dicho la OMS. Esto es una gran verdad.

Aquí me he dado cuenta de que no toda persona que bebe es alcohólica, porque hay quienes sí pueden controlar sus tragos. En cambio yo, cuando tomaba la primera me picaba y ya no podía controlar mis tragos.

A la edad de 14 años yo empecé irme a las discotecas, desde esa edad me dejaban pasar. Viernes y sábado, los días de discoteca iba y era donde y empezaba a beber sin controlarme. Asistía a las de la Zona Rosa o a las de Iztapalapa. A los 15 años en esos establecimientos ya también compraba y tomaba drogas: pastillas psicotrópicas, inhalantes, solventes, cocaína, mota, de todo, gotas que son una sustancia que se mete por la nariz y se llama refractil, es una droga barata, en ese entonces, hace 5 años estaban en 5 pesos.
Mi primer contacto con las drogas fue en una fiesta con mis amigos, ellos me ofrecieron, a nadie lo obligan, pero yo acepté. El hecho de haber inhalado cocaína que fue mi primer droga, eso fue en 1994, y el hecho de que yo pensaba que sólo los de mucho dinero podían tener contacto con la droga, me hizo sentir que esa situación me revestía, que me hacía sentir mejor… No, eso no es la gran cosa, pero sí provoca una gran adicción.
Yo trabajé en discotecas de Iztapalapa y hasta vendí drogas en los establecimientos; también trabajé de mesero en Zona Rosa, en discos como Now, Rock Stock. En Iztapalapa en las discos era un desastre, había puro chavo de 13, 14 años, era un desastre. Yo llegué a llevar a mi hermano de ocho años a la discoteca, con una lana pasan, ahí lo que les interesa a los dueños es el dinero.

Yo no veo mal que existan los antros pero sí que te enchochen la bebida o que te echen ampolletas para que te pierdas y te asalten. La cerveza muchas veces en Iztapalapa la adulteraban con lo que se conoce como las reinas, pastillas de 2 miligramos que ya salieron de circulación.