La controversia sobre los programas de bebida controlada (BC)



Continuación del artículo anterior :        Programas de disminución del daño en la dependencia alcohólica: el reto de la alcohología moderna


G Rubioa G Ponceb M A Jiménez-Arrierob

ESPAÑA
La controversia arrancó de una observación del Dr. Davies, psiquiatra inglés que publicó un artículo titulado «Normal drinking in recovered alcohol addicts» (1962). Siguió durante 7-11 años un grupo de 93 alcohólicos, de los que 7 mantenían un patrón de consumo controlado. Sus resultados iban en contra de la concepción de que el alcoholismo es irreversible, aunque el número de sujetos «recuperados fuese pequeño». Veinte años más tarde Griffith Edwards (1985) reevaluó a los mismos siete pacientes de Davis y consideró que en cinco casos no estaba claro que hubieran «bebido sin tener problemas». No obstante la polémica ya estaba servida y algunos investigadores americanos intentaron replicar esos resultados.

El primero de los artículos sobre la eficacia de bebida controlada en alcohólicos fue realizado por dos psicólogos australianos, Lovibond y Caddy, en 1970 3 . Pero fueron Sobell y Sobell 4 los primeros psicólogos en evaluar de forma sistemática la eficacia de los programas de bebida controlada. Durante el primer año de seguimiento 20 pacientes entrevistados del grupo de BC mantenían un consumo adecuado en el 70% de los días, mientras que en el grupo orientado a la abstinencia la suma de días de abstinencia más los días de bebida moderada (< 6 onzas/día) no sobrepasaban el 35% de los días. Durante el segundo año las proporciones eran del 85% frente al 42% 7 .

Una de las principales limitaciones de este estudio era que las evaluaciones de seguimiento habían sido realizadas por los propios investigadores. Otros investigadores entrevistaron al 70% de los pacientes tratados por Sobell y Sobell indicando que los sujetos que habían sido entrenados en el programa de bebida controlada, mantenían un mejor pronóstico que el grupo tratado en el programa de consecución de la abstinencia 8 .

Pendery et al9 volvieron a evaluar, nueve años más tarde, la muestra de pacientes estudiada por Sobell y Sobell y afirmaban que sólo uno de los veinte sujetos entrenados para beber moderadamente seguía bebiendo sin problemas, y es más, cuestionaban que realmente este sujeto fuese dependiente del alcohol cuando lo incluyeron en tratamiento. Señalaban que durante el seguimiento habían fallecido 4 sujetos y las notas de los investigadores llevaban al lector, tendenciosamente, a relacionar el fallecimiento con el haber participado en este tipo de estudio. De hecho, una de las criticas que puede hacerse al trabajo de Pendery et al es que omitieron los resultados de seguimiento del grupo de pacientes que habían sido tratados con intervenciones orientadas a la abstinencia y que fue ella misma quien realizó las entrevistas de seguimiento. El sesgo fue realmente mayor, ya que la autora era una firme opositora a este tipo de tratamientos. No obstante, los datos fueron publicados en la prestigiosa revista Science y de sus resultados se hicieron eco diferentes medios de comunicación (1 de julio de 1982, CBS Evening News; 6 Marzo, 1983, New York Times), lo que llevó a crear una comisión para investigar los estudios de la pareja Sobell (puesto que habían recibido financiación pública para realizarlos). Dicha comisión confirmó la honestidad de los investigadores pero indudablemente frenó las investigaciones en este área de tratamiento.

El grupo de la Rand Corporation realizó en la década de los setenta varios estudios donde se ponía de manifiesto la estabilidad del patrón de bebida controlada. Amor et al 10 estudiaron 922 varones que habían sido tratados en 45 centros de Estados Unidos. Señalaban que 18 meses después de haber conseguido la abstinencia, el 22% se encontraban bebiendo moderadamente y que un 24% estaban abstinentes. Polich et al 11 volvieron a entrevistar a los pacientes del estudio anterior, de forma que a los 4 años de seguimiento el 18% de los sujetos mantenían una forma de beber no problemática. Señalaban además que los sujetos que conseguían la moderación en el consumo eran pacientes menos graves. Los directores del NIAAA (National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism), con los datos de ambos proyectos, financiados por dicho organismo, declararon que la abstinencia era la meta apropiada para el alcoholismo, afirmación que fue rechazada públicamente por los investigadores del proyecto. La controversia suscitada hizo que el departamento del estado de California para temas de alcoholismo resolviese que no se diesen fondos públicos para investigar este tipo de tratamientos.

Las observaciones de Davies y del grupo de la Rand Corporation ponían de manifiesto que aunque muchos pacientes alcanzaban la abstinencia, algunos conseguían beber moderadamente, lo que sirvió para preguntarse si algunos pacientes podrían beneficiarse de tratamientos orientados a conseguir beber controladamente. No obstante las diferentes polémicas sobre estas técnicas provocaron que los estudios llevados a cabo desde entonces se hayan centrado en sujetos con problemas de abuso o dependencia leve. Únicamente el grupo de Foy mantuvo la actitud de incluir a pacientes más graves 12-14 .
Continuará la próxima semana.................

FUENTE: Ediciones DOYMA/Ediciones Biomédicas/Trastornos Adictivos.
http://www.doyma.es/cgi-bin/wdbcgi.exe/doyma/mrevista.fulltext?pident=13045025