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Jóvenes en colisión con el alcohol
22/11/2009
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Los indicadores son contundentes y han encendido focos rojos que alumbran la ruta de graves problemas sociales, de salud pública y administrativos: accidentes viales, abandono de proyectos de vida, violencia familiar, mortandad en plena etapa productiva, enfermedades crónicas, homicidios y gastos onerosos para las arcas públicas, son una fórmula adictiva que alerta a autoridades y sociedad frente a la explosiva combinación de jóvenes y alcohol.

Tan solo los resultados de 2008 emitidos por el Consejo Nacional Contra las Adicciones (Conadic) sobre pacientes que tienen severos problemas con el uso y abuso de sustancias adictivas, refieren que ocho de cada diez jóvenes comienzan a consumir bebidas alcohólicas y otras sustancias nocivas antes de los 19 años, siendo el alcohol, precisamente, el principal alcaloide de inicio.

De acuerdo con datos del gobierno federal, la Secretaría de Salud (SSA) y la Conadic, prácticamente ocho de cada diez hombres y cinco de cada diez mujeres han consumido alcohol alguna vez en su vida.

En nuestro país hay más de 32 millones de personas entre 12 y 65 años que son bebedores y, de ellos, 19.1 millones son hombres y 13.3 millones mujeres. Según expertos, lo más grave es que este sector de la población presenta "dependencia severa" respecto del alcohol.

Del total de adictos, más de millón y medio requieren no sólo "tratamiento ambulatorio" -organismos de atención de adicciones- sino incluso "tratamiento residencial" -como internamientos en clínicas para desintoxicación y rehabilitación-, ya que su adicción de "alto grado" les provoca una enorme "disfunción social".

Cifras oficiales detallan que atenderlos representa para el Estado mexicano un costo de mil 200 millones de pesos anuales.

Ante ello, señalan los expertos, el combate por parte de la administración federal contra los grupos delincuenciales, así como el decomiso de enervantes que representan millones de dosis que ya no estarán al alcance de los jóvenes son un seguro sistema para prevenir las adicciones, tomando en consideración que como el alcoholismo ya lo está demostrando, otros estupefacientes generarán en el corto plazo problemas de salud pública en la población adolescente.

Problema número uno

Indicadores recabados por Vértigo con base en información de diversos organismos nacionales e internacionales describen al alcoholismo entre jóvenes en nuestro país como un problema de salud pública que tiene severas consecuencias económicas, sanitarias y sociales, las cuales despiertan serias interrogantes ante la problemática.

¿Cómo afrontar que uno de cada diez pesos que gasta el sector salud en el país se destina a tratar padecimientos asociados con el abuso del alcohol, como cirrosis hepática, lesiones por accidentes en vehículos, dependencia y homicidios?

¿Qué hacer cuando cuatro de cada diez personas que han intentado suicidarse lo han hecho bajo el influjo del alcohol y en siete de cada diez suicidios consumados la víctima estaba intoxicada con alcohol?

¿No es preocupante que la principal causa de violencia contra las mujeres -en seis de cada diez casos de mujeres violentadas, su pareja o ambos estaban alcoholizados- sea el exceso de consumo de alcohol?

Pero la información alarmante continúa: en cinco de cada diez homicidios, la víctima estaba alcoholizada; en el ámbito laboral, uno de cada diez mexicanos afirma tener problemas en su trabajo debido a su consumo de alcohol y en 10% de los fallecimientos por accidentes de trabajo el afectado había ingerido alcohol.

Asimismo, en México se reporta cada año un promedio de 400 mil accidentes de tránsito, según la Organización Panamericana de la Salud: mil 95 cada día, 45 cada hora, al menos uno cada 1.8 minutos. Y seis de cada diez incidentes de tránsito mortales están relacionados con el abuso del alcohol: las víctimas tenían altos índices del líquido en la sangre, mientras que 54% de estos percances ocurren los días jueves, viernes y sábado.

Habrá que subrayar que los accidentes por causas del alcohol han crecido 600% en 15 años y representan la cuarta causa de muerte nacional: 36 mil personas al año, 98 al día, cuatro cada hora y una cada 15 minutos.

Por cada occiso, más de dos personas adicionales quedan discapacitadas: 90 mil al año, 246 por día, diez cada hora, una cada 7.5 minutos.

Además, 35% de los accidentes de tránsito con lesiones graves también es ocasionado por el exceso de alcohol y 43% de los lesionados tarda hasta un año en volver a trabajar.

En nueve de cada diez eventualidades donde están involucradas personas alcoholizadas hay algún tipo de daño físico para los afectados -piloto, copiloto, pasajeros, o terceros, tales como conductores de otros vehículos y peatones-, según el Instituto Nacional de Salud Pública.

Y un dato contundente más: las pérdidas por todo este proceso incidental representan hasta 2% del Producto Interno Bruto (PIB).

En el ámbito de atención médica también hay datos preocupantes: el costo hospitalario para atender a las víctimas de estos 400 mil choques anuales es de seis mil 600 millones de pesos al año, 18 millones de pesos cada día, 753 mil pesos por hora. De hecho, cuatro de cada diez accidentes en la vía pública tienen relación con personas bajo el influjo del alcohol.

Además, una de cada cinco personas que ingresan a los servicios de urgencia en el país tiene alcohol en la sangre. Cabe destacar que entre quienes llegaron a los nosocomios por traumatismos y lesiones, 27% de los hombres y 4% de las mujeres tenían alcohol en la sangre.

Los datos no mienten: este es un grave problema que aqueja a la sociedad en su conjunto.

Encuesta Nacional de Adicciones

Cabe señalar que casi 27 millones de personas entre 12 y 65 años corren el riesgo de aumentar todas estas cifras, pues aunque beben con poca frecuencia, cuando lo hacen ingieren grandes cantidades: más de cinco copas en una sola reunión. Se establece que 4.2 millones están en una situación grave de salud, ya que muestran una grave dependencia del alcohol y los jóvenes son los más vulnerables, dice la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones 2008.

Ante ello, José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud, indica que el principal problema de salud relacionado con las adicciones es el alcoholismo, debido al patrón de "alto riesgo" en la forma de beber de los mexicanos.

"Tenemos un alto número de bebedores de grandes cantidades por ocasión, de bebedores consuetudinarios y de dependientes de alcohol, Y este número incluye una proporción cada vez mayor de mujeres", advierte Córdova.

Lo más preocupante, añade, es que el alcohol está relacionado con 9% de la mortalidad general de todos los mexicanos.

"La primera causa de muerte en los jóvenes son los accidentes viales y en la mayoría de los casos están relacionados con el abuso del alcohol. La cirrosis hepática, cuarta causa de muerte en los hombres, es secundaria del alcoholismo. Los problemas de violencia y violencia intrafamiliar también son un problema grave por esta causa", destaca el funcionario.

Al respecto, expertos señalan de manera contundente que es indispensable enfocar políticas públicas para abordar este problema de salud. Sin embargo, los esfuerzos "para el control de este fenómeno empiezan a tener resultados, lo cual nos hace tener esperanza en que el esfuerzo que se hace en contra de las drogas, especialmente el alcohol, empiecen a dar frutos pronto", explica María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP).

Medina destaca que el problema se hace más grande por la sobreoferta de alcohol que hallan los jóvenes: "Existe una gran cantidad de establecimientos que venden alcohol de manera no regulada".

Señala que beber desde joven eleva el riesgo de usar otras drogas. Otro problema es que menos de 1% de los adictos al alcohol llega a tratamiento: "La política tendría que ser global, no nada más proteger a los adolescentes del tabaco, tenemos que incluir el alcohol de manera más agresiva para protegerlos", asevera.

Y es que quienes comienzan con las drogas legales -alcohol y tabaco- en la adolescencia, tienen 13 veces más riesgo de usar drogas ilegales.

Medina Mora precisa que sí existen variaciones entre los consumidores: "El consumo del alcohol mayoritario se da en los hogares con más dinero, pero de acuerdo con la proporción del ingreso tenemos la proporción inversa. Quiere decir que las familias con menos recursos gastan una proporción mayor de su ingreso en la compra de alcohol", puntualiza.

La especialista en adicciones explica que el alcoholismo es una enfermedad que "propicia a perder el control de la vida", pues cuando los adolescentes y jóvenes comienzan a beber es una actividad voluntaria, pero con el uso se pierde la capacidad de control. "Hay cambios en las áreas del cerebro que son críticas para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria, así como para el control de la conducta", determina.

Precisa que cuando se consumen altas dosis de alcohol u otros estimulantes se genera un cambio en el área cerebral de la maduración. "Tanto la temprana maduración del área de las emociones como la tardía maduración del área del juicio provocan que muchas veces los jóvenes tomen riesgos innecesarios.

Situación que los lleva a conductas de alto riesgo, donde pueden adquirir enfermedades de transmisión sexual, tener un embarazo no deseado, generar actos violentos, accidentes automovilísticos y, en casos extremos, conductas compulsivas y autodestructivas", destaca Medina.

En tanto, al secretario técnico del Conadic, Carlos Rodríguez, le llama la atención el que no exista una sola ley federal que permita instaurar una política uniforme para abatir este problema y describe que algunas administraciones locales dependen de estos permisos para generar recursos: "A veces, ciertos ingresos monetarios de los municipios dependen de permitir la venta de alcohol, o para promociones, como barras libres, afterhours y 'horas felices'", detalla.

También el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández Ávila, explica que el inicio de consumo de alcohol en la adolescencia se relaciona con las cifras tan elevadas de depresión y accidentes en esta edad.

Y sintetiza la gravedad de la situación: "El alcohol es el principal problema de adicciones en el país y lo tenemos en el medio rural y en el urbano, sin distinción socioeconómica".

Detener el fenómeno

Así, los datos son contundentes: el alcohol y los jóvenes siempre han ido, de una manera u otra, de la mano. Las ganas de experimentar nuevas sensaciones y de emular a los mayores han causado furor por la bebida.

Queda demostrado que la edad de iniciación en el alcohol ha ido bajando progresivamente: hoy los adolescentes, casi niños, han tomado su primera copa a los 13 o 14 años. A los 15 o 16 beben con cierta regularidad, y muchos de ellos acaban por convertirse en una nueva modalidad de alcohólicos.

Para los expertos consultados el mayor problema que se presenta es que los jóvenes se mueven en círculos de influencia en los que el alcohol constituye no una afición, sino toda una forma de vida: el que no bebe se queda fuera del grupo.

Hasta el momento, después de años, no existe una panacea de solución a corto plazo de este problema, por lo que se necesita un largo trabajo de concientización para prevenir a las generaciones futuras de los peligros del alcohol, riesgos que, en su mayoría, los adolescentes actuales desconocen: daños irreparables en la salud, trastornos en la conducta, probabilidades muy altas de desarrollar una adicción y, por si fuera poco, la posibilidad de acceder a las drogas.

Las autoridades están conscientes del problema y han emprendido una lucha decidida contra el crimen organizado y el decomiso de estupefacientes, pero aún falta mucho por hacer para combatir las adicciones.

reporteros@revistavertigo.com

Fuente: Vértigo    
Categoría: PROGRAMAS DE PREVENCION    





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