
Medicina adictiva
11/10/2009
Redacción Cambio
Redacción Cambio
La adicción y el abuso de fármacos opioides son prevalentes y constituyen inmensas cargas tanto para pacientes, como para médicos y sociedad en general, señala el doctor Steven Passik, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento del Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering de Nueva York, en el artículo titulado "Issues in Long-Term Opioid Therapy: Unmet Needs, Risks, and Solutions" (Problemas en la terapia a largo plazo con opioides: necesidades no cumplidas, riesgos y soluciones".
Por Staff Cambio
Entre 10 y 20 por ciento de médicos desarrollará algún problema de drogadicción por el consumo de opioides.
La adicción a los analgésicos entre pacientes y médicos va a la alza. Los especialistas han encontrado una serie componentes en los fármacos opioides que provocan la dependencia debido a su utilidad para contrarrestar dolores.
La adicción y el abuso de fármacos opioides son prevalentes y constituyen inmensas cargas tanto para pacientes, como para médicos y sociedad en general, señala el doctor Steven Passik, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento del Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering de Nueva York, en el artículo titulado “Issues in Long-Term Opioid Therapy: Unmet Needs, Risks, and Solutions” (Problemas en la terapia a largo plazo con opioides: necesidades no cumplidas, riesgos y soluciones”.
Desde hace miles de años, los seres humanos han recurrido a los opioides y éstos son el tipo de medicamento más utilizado por los galenos. Los medicamentos opioides son sustancias químicas cuyo funcionamiento se realiza mediante su unión a receptores específicos, sobre todo en el sistema nervioso y tracto gastrointestinal, para disminuir la percepción de dolor y reacción al mismo, además de aumentar la tolerancia al dolor.
Entre los efectos secundarios están: sedación, depresión respiratoria y estreñimiento. Cuando se consumen estos fármacos de manera continua, puede desarrollarse una dependencia física que, a su vez, derivaría en síntomas de abstinencia problemáticos al suspender el medicamento. La dependencia, sumada a la sensación de euforia que estos fármacos producen, conduce a su abuso.
El mayor interés reciente en los opioides proviene de cinco fuentes: avances en el diseño de estos fármacos; expansión e innovación de los métodos para administración del medicamento; mayor conciencia pública sobre las alternativas para controlar el dolor junto con la idoneidad de tratarlo agresivamente como el “quinto signo vital” y el alivio del dolor como derecho humano fundamental; mayor reconocimiento de las graves consecuencias del mal empleo de los opioides; accidentes y adicción; y, aspectos médico-legales de la práctica de prescribir estos fármacos, con las respectivas consecuencias legales de recetarlos en exceso o en forma insuficiente.
Aparte de quienes padecen dolores crónicos, vinculados o no al cáncer, entre los proveedores de atención médica son los anestesiólogos quienes más riesgo corren de depender y abusar de los opioides. Dentro de este grupo de proveedores de atención médica con alto riesgo están también los enfermeros de anestesia y los de sedación.
El dolor crónico fuerte abarca también a aquel fruto del cáncer y de otras situaciones, como lesiones en la espalda y cirugías. Los opioides son la piedra angular del control del dolor para las personas que recaen dentro de esas categorías, añade el docotr Howard Smith del Departamento de Anestesiología de la Escuela de Medicina de Albany en Nueva York. En el artículo “Opioid Metabolism” (Metabolismo de los opioides), menciona que aproximadamente 10 a 20 por ciento de los médicos desarrollará algún problema de drogadicción durante su carrera, tasa similar (o que excede) a la de la población general. Los especialistas advierten que el peligro más alto de los anestesiólogos se cita como un riesgo laboral debido a los medicamentos altamente adictivos que a diario administran a los pacientes. Los profesionales de la salud que atienden a pacientes con dolor crónico deben equilibrar entre tratamiento agresivo y necesidad de minimizar el riesgo de mala utilización o abuso. El control del dolor crónico en pacientes que no padecen cáncer, por ejemplo, amerita la evaluación integral de cada paciente; el establecimiento de un régimen o programa estructurado de tratamiento; continuas reevaluaciones del estado del dolor y la respuesta a la terapia; así como valorar continuamente el cumplimiento del paciente con el tratamiento.Las recientes investigaciones médicas indican que “es particularmente importante que los familiares, amigos y compañeros de labores de los proveedores de atención médica los confronten ante cualquier sospecha de adicción y abuso debido al posible daño que eso podría conllevar para el individuo y sus pacientes”. Por ello es que recomiendan que las instalaciones de atención médica deben tener por escrito políticas y procedimientos vigentes que ayuden en caso de presentarse una de estas situaciones de alta emotividad con los proveedores de atención médica En la actualidad están en la última etapa de desarrollo nuevas fórmulas de opioides diseñados para reducir al mínimo su abuso. Dichos fármacos se diseñan químicamente para disminuir el efecto de euforia, y así, posiblemente reducir su consumo problemático. Los investigadores coinciden en que la responsabilidad, junto con la experiencia y caridad humana son algunos de los componentes que pueden lidiar con los retos del consumo de opioides para controlar el dolor.
Fuente: Cambio
Categoría: PROGRAMAS DE PREVENCION
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