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Waiheke
20/09/2009
Óscar Álvarez
Viñedos rodeados de mar Una isla casi anónima al otro lado del mundo se ha convertido en una referencia dentro del mundo vitivinícola. No es la primera vez que los vinos elaborados en un pedazo de tierra de 20 km de longitud han resultado galardonados. Sin embargo, casi siempre, como en un todo, el mérito recaía en Nueva Zelanda. Para los amantes del vino, este lugar se convierte en uno de los má...

Viñedos rodeados de mar

Una isla casi anónima al otro lado del mundo se ha convertido en una referencia dentro del mundo vitivinícola. No es la primera vez que los vinos elaborados en un pedazo de tierra de 20 km de longitud han resultado galardonados. Sin embargo, casi siempre, como en un todo, el mérito recaía en Nueva Zelanda. Para los amantes del vino, este lugar se convierte en uno de los más sugestivos circuitos enoturísticos.

Texto y fotos: Óscar Álvarez

Abajo: La degustación de vinos es obligada en cada bodega. A la derecha: Los vinos rosados también reservan sorpresas En la sig. página: Cinco variedades bordelesas componen el famoso Larose en las bodegas de Stonridge.

EI ferry va dejando atrás el puerto de Auckland y los rascacielos del centro financiero parecen ocuparlo todo por un instante. Poco después, el horizonte queda abierto sobre un mar rizado de olas y la vista se entretiene en la miríada de velas blancas que navegan en esta tarde de domingo a lo ancho y largo del Golfo de Hauraki. Auckland comienza a desdibujarse bajo el capote gris de un cielo de tormenta mientras la proa enfila entre las islas del golfo -perfiles montuosos por aquí, un cono volcánico por allá- en busca de Waiheke Island, promisoriamente iluminada bajo el reflejo del sol en las nubes. Y bien, estamos en Nueva Zelanda. No hace falta decirlo: un país cien por ciento puro -como presumen sus habitantes-, asombrosamente lleno de bellezas naturales: los fiordos de Milford Sound, los bosques de kaurys y helechos arborescentes de Northland, los geiseres de Rotorua, toda la majestuosidad de los Alpes Neozelandeses... Y sin embargo, no me dirijo a ninguna de estas mecas turísticas. Apenas bajé del avión, llegando a Auckland, le di la espalda al resto de Nueva Zelanda y compré un boleto para cierta isla anónima. Pero ténganme fe; si me lo permiten, voy a descubrirles un secreto bien guardado.

Viñedos frente al mar O quizás ya no tanto: Frommer's, la editorial especializada en viajes, acaba de presentar su lista de los mejores destinos de 2009 en la que, la hasta hace poco desconocida Waiheke, ocupa el puesto número 2. Sin duda estuvieron pensando en los quienes, además de docenas de hoteles boutiques, disponen en la isla de un selecto abanico de restaurantes y uno de los más sugestivos circuitos enoturísticos del mundo. Parece mucho decir, pero en lo que al vino se refiere, el Internacional Wine Challenge (la competencia más grande de vino que existe) les concede la razón al otorgar este año la medalla de oro y el trofeo en varias categorías al Syrah 2007 de Kennedy Point. No es ni mucho menos la primera vez que un viñedo de Waiheke resulta galardonado, pero antes el mérito recaía en Nueva Zelanda como en un todo indiferenciado. Está próximo el momento en que la "isla del vino" se haga de un nombre propio. Entre tanto, el ferry no demora en alcanzar el muelle de Matiatia, al resguardo de una rada. La terminal rebosa de gente que pasó el fin de semana en Waiheke y se dispone a volver a Auckland. Es el último barco del día e imagino que los pasajeros que descienden ahora conmigo deben ser en su mayoría afortunados residentes de una isla cuyos cottages, dispersos en su lado occidental, se cuentan entre ¡as propiedades más cotizadas del mercado inmobiliario del país. Paso la terminal, alquilo un jeep (¿se conduce por la izquierda? , iups!) y me dispongo para lo mejor. A tan sólo 35 minutos náuticos de la ciudad más grande de Nueva Zelanda, Waiheke es, sin embargo, un mundo aparte. Este pedazo de tierra de 20 kilómetros de longitud invita tanto a tumbarse sobre la arena de decenas de playas íntimas, como a excursiones a través de montes nativos dentro y fuera del Parque Regional Whakanewa, cuyos paisajes están hechos a la medida de unas vacaciones de ensueño. Allí donde la naturaleza se domestica aparecen las casas de campo, semiocultas tras sus jardines y en medio de una campiña capaz de evocar, pese a la distancia, a la Toscana o Borgoña. Derramándose escalonadamente sobre las colinas hasta alcanzar las marinas colmadas de yates, las coquetas poblaciones isleñas delatan a primera vista su carácter residencial, su amor por la buena vida. Entre los 7,000 habitantes de Waiheke abundan los artistas -pintores, escultores, alfareros, joyeros-, que aportan color a una comunidad amigable, propensa a reunirse en cafés y restaurantes que hacen de la gastronomía la más celebrada forma de arte. Vivir en Waiheke, donde los días se deslizan apacibles y llenos de pequeños placeres, es casi un orgullo. Como me comentaría un local: "Sentimos lástima por los turistas: llegan, conocen este sitio maravilloso y a los pocos días tienen que irse". Una lástima más que justificada para aquellos visitantes aficionados al buen vino. Porque en Waiheke se producen algunos de los caldos que están situando a Nueva Zelanda en el mapa vitivinícola internacional. La tradición apenas comenzó en 1970, pero desde entonces se han establecido hasta 30 bodegas, atraídas por las condiciones climáticas de la isla. Casi todos los productores cultivan variedades de cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, malbec y chardonnay, aunque últimamente se está experimentando también con pinot noir y sangiovese. A decir de los entendidos, el cabernet sauvignon es la mejor opción de Waiheke y, por si alguien lo duda, aquí están las bodegas cordialmente abiertas y las copas dispuestas para la cata.

De la mano de Baco No fue por casualidad que llegué a Te Whau. Había escuchado maravillas de su restaurante y luego supe que era parte de una afamada bodega con el mismo nombre. El camino hacia la punta de una península se mostraba espectacular y al llegar a la bodega adiviné que me encontraba ante una de las mejores vistas de la isla: de un lado los viñedos descendían desde un promontorio hacia las bahías de Anzac y Putiki, del otro el Golfo de Hauraki en toda su grandeza. La panorámica se disfruta mejor desde el restaurante, aunque fácilmente la atención queda aquí cautiva por platillos a base de salmón y ostras neozelandesas. ¿Y el vino? De la casa, por supuesto. The Point, mezcla de cabernet sauvignon, merlot,

¿Cómo llegar? Una vez en Auckland, nos dirigiremos al puerto para continuara Waiheke porferry. El Fullers Cruise Center sehalla enelFerry Building, QuayStreet.Tel. (649)367 9111. Horarios y detalles en: www.fullers.com.nz. Los autobuses y taxis locales esperan a los pasajeros en la terminal. ¿Cómo moverse? En la terminal también hay agencias de alquiler de vehículos. Waiheke Rental Cars. Tel. (64 9) 372 8635; www.waihekerentalcars.co.nz Atención: se conduce por la izquierda. ¿Cuándo ir? La mejor época del año es de octubre a febrero. ¿Dónde comer? Los restaurantes de las bodegas suelen estar abiertos todos los días durante la estación alta (enero y febrero) y los fines de semana el resto del año. Los más recomendables son: * (64 9) 372 8822. Restaurante de las Bodegas Stonyridge, 80 Onetangi Road. Sólo almuerzos. Las entradas cuestan alrededor de 10 dólares, y los platos principales, 18. Un vaso de Stonyridge sauvignon blanc o chardonnay, 4. * (64 9) 372 9050, sobre Church Bay Road a las afueras de Oneroa. Abierto todos los días para almuerzos y cenas. Una comida para dos, incluyendo entradas, ensalada, vino, postre y café cuesta alrededor de 80 dólares. Es preciso hacer reservación. * (64 9) 372 7191, en Te Whau Point, a 10 minutos en coche desde Onetangi. Un especial de mariscos para dos, con postre compartido, vino y capuchino cuesta alrededor de 60. Se recomienda reservar. Cierra los martes de noviembre a abril. Arte El mejor lugar para conocer la producción de los artistas locales es el Artworks Center, sobre OceanView Road en la esquina con Kororoa Road, entre Oneroa y el muelle de Matiatia. ¿Dónde dormir? * Vistas espectaculares sobre Palm Beach. Bay Road, 4 Palm Beach. Tel. (64 9) 372 0011; www.waihekeresort.co.nz. * Granja estilo europeo en medio de viñedos y bosques. Tel. (64 9) 372 5047; homepages.ihug.co.nz/glenora/glen2.htm. * Casa estilo colonial rodeada de pinares y dominando una panorámica sobre varias bahías. Waikopou Bay, East End. Tel. (64 9) 845 8550; www.waihekevilla.co.nz.

Fuente: Día Siete    
Categoría: TIPOS DE PRODUCTO    





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