Maribel R. Coronel

Un sencillo balance: el que viole una patente que pague, y si hay abuso de esa patente, el que la abuse que pague.

Uno de los asuntos que se empujarán en México para seguir avanzando en el ámbito de la salud, es el relacionado con la vinculación informativa entre la autoridad sanitaria y la autoridad de propiedad intelectual. No alcanzó a incluirse el tema en la última iniciativa de reforma que discuten los senadores y que está por pasar a la Cámara de Diputados, por la cual se reformó la ley que rige al Instituto Mexicano de rotección Industrial (IMPI), dirigido por Jorge Amigo, pero cada vez hay más consenso entre autoridades del Ejecutivo y Legislativo sobre la necesidad de avanzar en ello.

Dicha vinculación se refiere a la obligación impuesta hace años a la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), hoy a cargo de Miguel Ángel Toscano, de verificar la gaceta de medicamentos protegidos con patente (emitida por el IMPI) antes de otorgar un nuevo registro de medicamento para la venta.

Dicha obligación fue empujada ante todo por las empresas farmacéuticas innovadoras cuyo objetivo era evitar violaciones de patentes protegidas, dado que había laboratorios que podían sacar y comercializar algún fármaco genérico antes del vencimiento de la patente respectiva, gracias a que la autoridad sanitaria -sin obligación alguna de conocer sobre patentes- le otorgaba el registro necesario. Lo que a final de cuentas le debe preocupar a Cofepris es la seguridad y eficacia sanitaria.

Autoridades y empresas mexicanas han aído en la cuenta que no funciona el mecanismo y de que en otros países ha servido para lograr extender patentes mediante estrategias judiciales. Aquí los abusos han llegado al grado de que en dicha gaceta se incluyen no sólo patentes de medicamentos innovadores sino también de fármacos de segundo uso o periféricos, cuya patente no fue autorizada por el IMPI, pero en los hechos la patente se ha obtenido recurriendo a amparos con los jueces.

En lo que se define el proceso judicial, la patente sigue vigente. Dichos artilugios legales han derivado -reclaman los laboratorios mexicanos- en virtuales extensiones de patente que se supone están prohibidas en México.

Ernesto Saro, presidente de la Comisión de Salud del Senado, dejó en claro en un reciente seminario de Anafam -que preside Dagoberto Cortés- que la intención es desaparecer dicha vinculación, la cual fue una mal copia del linkage existente en Estados Unidos, donde también ha sido fuertemente cuestionado el mecanismo porque no ha funcionado bien.

Lo que dice Fabiana Jorge, especialista del sector farmacéutico y consultora internacional con sede en Estados Unidos, es que en un estudio europeo se demostró que la industria farmacéutica innovadora va ejerciendo por todo el mundo actitudes no competitivas para demorar el acceso o la introducción de productos genéricos (extendiendo la patente más allá de 20 años); uno de los mecanismos utilizados es el inicio de juicios y otro es el llamado linkage.

Conforme su visión, en México aún hay mucho por hacer para emparejar el terreno entre genéricos e innovadores. Las reglas deben ser equilibradas: si hay alguien que viola una patente debe forzosamente pagar una multa (porque debe haber respeto a la propiedad intelectual), pero de igual manera debe haber una sanción para el que posee una patente (que le da exclusividad de venta por 20 años) y abusa de ella. Y como se ven las cosas este último caso está siendo frecuente en México, sin que haya sanciones establecidas.

Aquí es donde deben quedar las reglas claras al eliminar la vinculación. El punto es que la norma garantice un comportamiento más responsable de ambas partes. Bondani, en lugar de Olaiz Nos cuentan que ahora sí ya se concretó la salida de Gustavo Oláiz de Cofepris. La realidad es que en su lugar llega a ocupar el cargo de comisionado de Autorización Sanitaria el doctor Augusto Bondani, un reconocido consultor en farmacología. La noticia ha sido muy bien recibida dado que es un gran conocedor de los temas vigentes, como es el caso de biotecnológicos cuyo reglamento está demorando más de lo pensado y será uno de los primeros pendientes que le tocará empujar.

Atacan ronquidos

Dentro de las innovaciones está un relanzamiento del inglés GlaxoSmithKline de sus "Tiras Nasales Respira Mejor" que, según esto, facilitan la entrada de aire con base en un mecanismo de resortes plásticos. Glaxo estima resultados prometedores sobre todo si calcula que sólo en México roncan más de 35 millones de personas de entre 41 y 64 años.