De acuerdo con Juan Martín Pérez García, director de la organización que atiende a poblaciones callejeras, estos lugares fingen ayudar a personas con problemas de adicciones, pero muchos tienen fines de explotación sexual y laboral.

Tal es el caso del Instituto de Rehabilitación de Alcohol y Drogadicción, "Hospital Santo Tomás, Los Elegidos de Dios", de donde fueron rescatadas 107 personas privadas de su libertad, quienes eran obligadas a producir pinzas para ropa y bolsas.

"La delincuencia organizada ha visto la forma de ganar dinero mediante estos lugares en los que no hay vigilancia de las autoridades", enfatizó el integrante de la sociedad civil.

Las granjas, advirtió, al igual que albergues como Casitas del Sur, del que desaparecieron varios menores de edad, muestran el uso indebido de la asistencia social.

Por ello, Pérez García llamó a autoridades locales y federales a investigar la operación de estos centros y su relación con redes delictivas.

Además enfatizó que los líderes de los anexos, que se hacen llamar "padrinos", actúan en complicidad con funcionarios.

"Se están violando los derechos de protección a los ciudadanos, en este caso los más vulnerables, como las poblaciones callejeras", acusó Pérez García.

"Lo que me preocupa de este caso es que se pretenda reducir sólo a una banda de delincuentes, sin reconocer la participación de las autoridades. No solamente hay omisión de las autoridades, sino un papel activo".

El activista criticó la operación de estos centros, donde es frecuente que retengan contra su voluntad a las personas con problemas de adicción, o que las atienda personal que no está especializado.

"Darles pláticas no sirve, para alguien que tiene un uso crónico de sustancias se requiere internamiento con espacios profesionales y con posibilidad de que sea su decisión", explicó Pérez García.

Tierra de nadie

Varias granjas han estado implicadas en delitos.

· Tres encargados del anexo Grupo Jóvenes Pentalfa, en Tlalpan, fueron detenidos en mayo por matar a golpes a un interno que deliraba.

· Rodolfo Aguilar mató en 2008 a un interno del anexo "Séptimo Capítulo", en Gustavo A. Madero.

· José Alonso asaltaba en Iztapalapa y se refugiaba en el anexo Fe y Esperanza".