Gérard Bertrand; vitivinicuItor de Languedoc Roussiílon, comparte su filosofía de trabajo Mi pasión es revelar la riqueza de los terruños, es una labor de misionero que aprendí de mi padre, un genio que me enseñó a tener muy claro hacia dónde te diriges. Busco las mejores expresiones del terruño; en ese sentido, soy un perfeccionista", dice Gérard Bertrand, especialista de los vinos Premium del sur de Francia.

Además de participar en algunos de los proyectos más ambiciosos de Languedoc-Roussillon, Bertrand posee propiedades emblemáticas de la región como Cháteau l'Hospitalet, "la utopía realizada del arte de vivir mediterráneo".

Oriundo de Corbieres, Bertrand ha invertido desde mediados de la década de 1990 en propiedades y empresas que revelan una pasión que ha sabido transmitir a otros productores de Languedoc-Roussillon.

En 1994 adquirió las fincas de Cigalus (vino de la tierra) y tres años más tarde 50 hectáreas del Cháteau de Laville-Bertrou, en la denominación Minervois-La Liviniere. En 2002 compró Cháteau l'Hospitalet, en la Denominación de Origen de La Clape, sede de una de las bodegas más dinámicas de Francia y que concentra un hotel, dos restaurantes, un centro para la investigación del vino, así como diversas actividades culturales a lo largo del año, entre ellas un festival de jazz.

"El vino no se mueve en un sólo sentido; es el principio y el camino de múltiples actividades dedicadas a complacer la mente y el espíritu, en las que curiosamente los placeres gastronómicos siempre están presentes.

"El jazz es un ritmo que complace al estómago, que lo adentra en un estado de armonía. Hay que abrir la mente y el corazón a lo mejor, comenzando con lo que existe en el propio individuo", expresa

Inagotable y continuo es el trabajo de Bertrand. Como él mismo dice, representa horas en la búsqueda del ensamblaje preciso, experimentando las múltiples combinaciones que ofrecen los vinos del terruño.

"La gente me reconoce como un tradicionalista, y tiene toda la razón, pero hay que tener claro que la tradición no significa vivir en el pasado. Es condición maravillosa si tienes claro a dónde vas. En el caso de Friné, el vino realizado con Deby Beard, se trata de una combinación de Grenache y Mouvédre, que se vendimian a mano, por separado, para obtener una madurez óptima, siendo la Syrah la más joven", precisa.

Las vinificaciones también son específicas. Bertrand explica que la Syrah es encubada en racimos enteros y vinificaba en maceración carbónica, con una fermentación aproximada de 15 días. El final de la fermentación alcohólica se realiza a baja temperatura.

La Mouvédre y la Grenache, indica, son despalilladas al 100%. El proceso de maceración llega a las tres semanas. La extracción se adapta en cada cuba, de manera que se logre una adecuada extracción de los aromas, así como una estructura densa y sedosa

Cada cuvée se cría en barrica bordalesa de 225 litros durante cerca de 10 meses, con una introducción en barrica desde el prensado.

CONCIENCIA ECOLÓGICA

El emblema de los vinos de Gérard Bertrand expone una antigua cruz que se remonta a los tiempos medievales, enmarcada, entre otros símbolos, por las letras griegas alpha y omega representaciones del principio y el fln.

"Por supuesto, todo parte del vínculo que tenemos con el planeta y el amor por mis hijos, que son la imagen de los niños del mundo. En el caso de Cigalus nos enfocamos más a las ideas de la biodinámica, retomando los principios ancestrales de los campesinos y la relación con la luna y sus efectos en la tierra L'Hospitalet es expresión de una política global de desarrollo sustentable.

"La propiedad está certificada como 'Carbono Neutro', gracias a las 900 hectáreas conservadas de entorno natural. Se emprendió un plan de acción basado en el desarrollo de una agricultura respetuosa del medio ambiente y en el mantenimiento de los paisaje vitivinícolas y de la biodiversidad", advierte Bertrand.