* formular una estrategia que tenga como prioridad a los mexicanos

Concluyó el análisis y fue aprobada la Ley de Ingresos para 2010, con incremento en impuestos que aparentemente serían rechazados e incluso en los debates no faltaron los argumentos de que implicarían acciones para deprimir la demanda cuando lo que se tendría que incentivar es precisamente el consumo, así como estimular gasto que tendiera a configurar acciones para salir de la crisis que nos aqueja.

Pero no fue así, aumentaron los impuestos al consumo y prevaleció el propósito recaudador, en donde lo más relevante fue la ausencia de una estrategia, una vez más se impuso el cortoplacismo y se confirmó que el bienestar de los mexicanos no es la prioridad para ninguna de las corrientes políticas, que anteponen sus intereses de grupo a los de la población en general.

Así, aumenta el IVA del 15 al 16 por ciento, el IVA fronterizo de diez a 11 por ciento, el Impuesto sobre la Renta del 28 al 30 por ciento, el impuesto para depósitos en efectivo del dos al tres por ciento, en los impuestos especiales, la cerveza aumentó 1.5 por ciento, a juegos y sorteos en 30 por ciento, a telecomunicaciones en tres por ciento y a los cigarros un aumento inicial de 80 centavos por cajetilla y 40 centavos más anualmente del 2011 al 2013, hasta completar dos pesos por cajetilla.

El déficit público se ubica en 0.75 por ciento del PIB, el precio del petróleo se ubica en 59 dólares por barril y la paridad promedio se ubicó en 13.80 pesos por dólar.

Ese paquete fiscal llevará a un nivel de ingresos de tres billones 179 mil 47 millones de pesos y donde la recaudación federal participable, es decir, la bolsa de donde se calculan las participaciones a estados y municipios se ubicó en un billón 657 mil 987 millones de pesos.

Cifras y más cifras pero los efectos entre otros aspectos relevantes se reflejarán de inmediato en un impacto inflacionario, mismo que dará lugar a una elevación en las tasas de interés, lo que entre otros aspectos, significará un fuerte impacto sobre las finanzas estatales, considerando que la totalidad de las entidades federativas contrataron créditos en forma reciente en el mecanismo al que la autoridad hacendaria denominó "bursatilización del FEIEF", que en pocas palabras significa que la Secretaría de Hacienda no apoyó con recursos a los estados pero les consiguió deuda barata.

Ahora, el repunte del costo financiero mermará ingresos a las entidades federativas, que en general atraviesan por una crítica situación financiera y que ahora tendrán una sangría adicional vía ese costo financiero.

La situación financiera de las entidades es crítica, la mayoría están formulando presupuestos para el 2010 con escenarios que implican presupuestos menores a los de 2008, la mayor parte está tomando como base el 2007 y eso significa que tendrán que recortar gasto, frenar obras, reducir apoyos y gasto incluyendo el social, cuando más se requiere lo contrario, por los efectos de la crisis.

Es una búsqueda infructuosa encontrar dónde recortar más y la posibilidad de incidir en la generación de mayores empleos es prácticamente nula. La situación en su conjunto obliga a la búsqueda de formular una estrategia que permita tener rumbo, plantear metas y por supuesto tomar medidas para su consecución.

Exactamente de lo que careció el paquete fiscal para 2010, pero no se debe soslayar que todas las corrientes políticas fueron corresponsables. Mal estreno de los nuevos diputados, acciones en reversa del Senado y lo único que queda a la vista es continuar con la esperanza de que pueda haber algún indicio de sensatez y formular una estrategia que en algún momento en los próximos años se pueda instrumentar.

Es urgente tener un rumbo y a partir de ahí que se desprenda la política económica a seguir, porque el modelo actual quedó totalmente rebasado aquí y a nivel internacional, pero afuera ya lo están reorientando, aquí urge comenzar a construirlo.

¿Cuál es el modelo de país a construir?, en principio el que tenga como prioridad a los mexicanos.

*Director de la revista Economía y Democracia