Cuando todo indicaba que el juego entre Pumas y Monterrey sería de lo más pacífico, las porras felinas decidieron lo contrario.

Quince minutos antes de que arrancara el encuentro, un autobús que trasladaba a una de las porras de Rayados procedente de Monterrey fue agredido por un sector de la Rebel, que se percató de que los seguidores del conjunto norteño pasaban frente a ellos.

Entonces, aficionados universitarios que se ubicaban en una parte de la explanada del Estadio Olímpico arrojaron algunas botellas de cerveza al transporte, ocasionando ia ruptura de algunas ventanillas.

En ese momento intervinieron los elementos de seguridad que lograron calmar a la hinchada puma, mientras que escoltaban a la porra de Rayados posiblemente hasta la salida de la ciudad de México, pues ya no se les permitió el acceso al estadio.