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DE ADICTO A ADICTO
20/09/2009
Redacción Heraldo de Chihuahua
Tendría como doce años cuando mi abuela me pedía de favor que le prendiera un cigarro en la estufa; no trato de culpar a mi abuela de mi adicción al tabaco, pero así de fácil empezó, entre vuelta y vuelta, al grado de llegar al sillón donde ella se sentaba con los cigarros muy calientes de tantas fumadas; casi los entregaba a la mitad.

Tendría como doce años cuando mi abuela me pedía de favor que le prendiera un cigarro en la estufa; no trato de culpar a mi abuela de mi adicción al tabaco, pero así de fácil empezó, entre vuelta y vuelta, al grado de llegar al sillón donde ella se sentaba con los cigarros muy calientes de tantas imadas; casi los entregaba a la mitad. Fue "una manera muy fácil CH adquirir un vicio, una dependencia, una adicción que en mí duró más de 32 años. Llevo ocho años cumplidos sin fumar, y cuando lo dejé me chutaba más de dos cajetillas y media, fumándome uno tras otro y despertándome cada hora, sentándome en la tasa del escusado a fumar, luego regresaba dormir.

Mi ansiedad era muy alta, y comprendí, al entrar en un programa de vida, que tenía que hacer grandes cambios; pensé que debía de erradicar todo lo que me hacía daño y todo lo que yo dañaba a los demás, el cigarro era un enemigo muy grande, muy fuerte a vencer y tenía que dejar de ser mediocre, de ser cualquiera. Consideré muy seriamente que cualquiera puede fumar, pero no cualquiera deja de hacerlo.

Así de fácil fueron mis primeras borracheras. Realmente fue muy simple abrir las primeras cervezas y comenzar a tomar a manera de diversión, pero al correr del tiempo qué difícil era dejar de tomar. El alcohol, la cerveza, que es una droga, formó en mí una fuerte dependencia ál alcohol; me llené de pretextos como cualquier borracho: tomaba por disfrutar de las partidas de dominó en las cantinas, por hacer más agradable las comidas, por pasar el rato; tomaba, yo no lo sabía, por mi nivel de ansiedad tan grande, por mi vacío espiritual, mi personalidad defectuosa, compuesta de miedos, traumas, complejos; tomaba porque cada copa era como arrullo al alma. Y así de fácil el alcohol me fue ganando, quedándome dormido en las mesas de las cantinas, vomitar, y hablar estupideces, manejar de una manera irresponsable, pelear y ofender a mi mujer era lo mío. Fue realmente demasiado fácil.

Maldita enfermedad. De mis borracheras vinieron muchos problemas, como las depresiones y la pereza, por supuesto las características de un borracho como yo, que es la irresponsabilidad, el conformismo la neurosis, igual mentiras, actitudes infantiloides, los panchos y, en fin, todo ese esquema de una vida inútil, mediocre, pero nada divertida,

Fue muy fácil llevar una vida . ingobernable, pero ahora qué difícil es vivir la vida con honestidad, responsabilidad, humildad, con valores, porque antes era demasiado fácil quedarme dormido todo el día, refugiándome en la conmiseración, la tristeza y hundiéndome en la depresión. La verdad era re fácil, y hoy en día tengo que ponerle acción, levantarme temprano, cambiar de actitud, ser positivo, alegre, emotivo, valorar la vida, y no como antes: dejar que la vida se me fuera de las manos.

Ahora veo los errores que cometí, las incongruencias de mi manera de ser y de pensar; veo como caí en las adicciones, lo fácil que fue el primer jalón de cocaína y después cómo me robó la vida. La maldita droga me descalcificó, se llevó mis dientes, la fortaleza de mis huesos, drogado cometí muchas estupideces, me volví loco, perdí mi dignidad y me humillé ante la sustancia, fue muy fácil acostumbrarme a la droga diaria, me atascaba de 15 a 20 pases de cocaína y qué fácil fue prenderme de la adicción.

Ahora, cuando tengo la oportunidad de entrar a las escuelas, doy el mensaje de vida, hablo de lo fácil, como lo estoy escribiendo, lo fácil de caer en las garras del alcoholismo, y sé que muchos jóvenes batallan por dejar de fumar, por dejar de tomar cerveza, por dejar de drogarse, y sé que no es fácil para los adictos salir del hoy. A mí me costó casi la vida.

Decir una mentira es realmente muy fácil, cualquier mediocre se la pasa mintiendo, pero no cualquiera deja de hacerlo.

Ser corrupto, comprar conciencias y servicios" es algo que cualquiera puede hacer, pero ser honesto, íntegro, honrado, no cualquiera lo demuestra con hechos; y si así me voy, es muy fácil ser mal educado, grosero, déspota, arrogante, soberbio, distante, pero no cualquiera es humilde, atento y respetuoso de los demás.

La recuperación es un serio compromiso. Muy serio, y no es sólo" dejar de consumir, eso lo logra cualquiera; debo de incluir en mi recuperación, en mi vida diaria, el mostrar, por ejemplo, un rostro amable, sin neurosis ni tristeza en mis facciones, una cara que hable de mi interior, pero que hable bien, no un rostro de pocos amigos, despota, por demás amargado: tiene que ver también con mi lenguaje corporal, que mi cuerpo hable de la armonía, de la paz y de lo bien que me siento, y no sea un cuerpo rígido, tenso, estresado, mostrar también un lenguaje libre, sin quejas, que no salgan de mi boca palabras negativas, que no salgan de mi boca frases despectivas, despreciativas y ofensivas, que no diga mentiras, ni levante falsos, mucho menos divulgue chismes, ni se me dé por hacer lo que cualquier mediocre hace, que* es hablar mal de la gente, destilando resentimientos y amargura, criticando y corrigiendo a medio mundo, metiéndome en lo que no me importa.

Hechos son amores y no buenas razones. Con hechos debo de ser mejor persona, con hechos en mi hogar, con mis hijos y mi esposa, hechos en mis actos, hechos que hablen de mi trabajo espiritual, de mi emoción por sentir la presencia de Dios en todo lo que hago y pienso. Hechos.

Lamento mucho ver el desfile de los que andan valiendo monjas, cada quien su vida, y este es el juego de Juan Pirulero, que cada quien atienda su juego. Para mí, la recuperación de mi enfermedad apenas comienza, debo de hacer el mayor de mis esfuerzos por ser mejor persona y, sobre todo, depositar el mayor de mis esfuerzos en el servicio, empezando por servir a mis hijos, a mi mujer, a los míos.

Fue muy triste todo lo que me sucedió, y ahora lucho porque al menos sólo por hoy no vuelva a vivir ese maldito infierno.

Ni soy psicólogo, ni terapeuta, ni siquiatra, soy alguien que vivió su propia experiencia y tuvo severas consecuencias, hoy sé que con esta enfermedad no se juega, no hay quien le gane, no es meramente alcohol y drogas.

Ahora, en esta época difícil, la situación económica, por ejemplo, lo complejo de la vida, daña la vida de pareja. Por el dinero muchos matrimonios se vienen a pique, hay frustración, mala comunicación, pleitos, resentimientos, rivalidad, agresión; por dinero hay enormes diferencias en las parejas, y más si no están en un grupo de auto ayuda o reciben terapia la realidad es que vivimos tiempos complicados, y nosotros los hacemos todavía hoy lo veo con claridad, el por qué permitimos que alguien nos fastidie o se adueñe de nuestras vidas, el por qué le damos permiso a otros de manejar nuestras emociones y nuestra vida. i

La depresión es muy común, es la enfermedad más frecuente en Psiquiatria. Se estima que alrededor del 18% de la población sufre depresión a lo largo de su vida, siendo el doble más frecuente en la mujer. Más de 121 millones de personas la padecen en todo el mundo. En el año 2000 la depresión se convirtió en la primera causa de discapacidad global mundial y, según pronósticos de la Organización Mundial de la Salud, para el año 2020 ocupará el segundo puesto en el ranking medido en DALYs (day adjusted lived peí year), días perdidos a lo largo de la vida por mortalidad y productividad.

La depresión puede aparecer de una forma primaria: trastorno depresivo mayor, o secundaria a otras patologías mentales, tales como la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad o el trastorno obsesivo compulsivo. También puede aparecer inducida por el consumo de drogas, cocaína, cannabis, anfeíaminas y opiáceos.

Una forma de depresión muy frecuente es la de tipo bipolar, especialmente la bipolar tipo II, que se asocia a menudo con ansiedad, y cuyo tratamiento difiere bastante de la depresión unipolar. El trastorno bipolar tiene una tasa de transmisión genética muy alta: cuando uno de los padres padece trastorno bipolar, el riesgo de que su descendencia también lo sufra es de un 25%. iradicionalmente se pensaba que el trastorno afectivo bipolar afectaba a un 1% de la población, sin embargo, los estudios en los últimos años nos han hecho reconocer que es mucho más frecuente cuando se aportan los datos de dichas investigaciones, llegando a afectar hasta un 6% de la población.

El síntoma hipomaníaco más frecuente en el trastorno bipolar típo, II es la "overactivity" o sobre actividad. La ansiedad es un fenómeno normal fisiológico del organismo frente al estrés, que nos protege y nos avisa, como señal de alerta, de situaciones de peligro. Cuando esta aparece en circunstancias normales es cuando se considera patológica, porque interfiere en el desarrollo de nuestra actividad diaria.

lauto en la depresión como en la ansiedad se ha visto implicada una sustancia en el cerebro, la serotonina, y los tratamientos actuales van encaminados hacia ella. Se estima que el 29% de la población sufre un problema de ansiedad a lo largo de su vida.

Tanto en la depresión como la ansiedad están reconocidas como enfermedades emocionales. La ansiedad es un detonante muy severo, es un enemigo muy fuerte en cualquier persona y hay manera de controlarlo, de erradicarlo. pero las cosas no caen del cielo, hay que trabajar, depurar la energía negativa, cambiar patrones de conductas, motivar una autoestima alta y sólida; trabajar la parte espiritual en un terreno de servicio, de paz, de crecimiento; dejar de ser mediocre, de pedir ayuda y tener la humildad de aplicar un sentido común al aceptar que no lo sé todo, que yo no puedo solo y que necesito de otros que me enseñen a caminar, a volar, a meditar. Hoy sé que la humildad es un valor supremo.

Tenemos un taller de liberación, los días 28, 29 y 30 de septiembre y 1, 2, 3 y 4 de octubre. Se que la vida no es fácil, pero te damos herramientas para que sea menos pesada. Informes 415-7895. Los mejores días de mi vida los estoy disfrutando sólo por la gracia de Dios.- ernesto_salayandia@hotmail.com

Fuente: El Heraldo de Chihuahua    
Categoría: PROGRAMAS DE PREVENCION    





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