Para Marco Montañez, analista de Actinver, de aprobarse los nuevos impuestos propuestos por el gobierno federal, los consumidores estarán sensibles a los cambios de precios que pudieran mostrar.

Y es que a la hora de hacer la despensa, por cada 100 pesos de compra, dos pasarán a manos del fisco. Lo mismo pasará al momento de visitar algún restaurante, y si a ese consumo se agrega alguna bebida alcohólica o cerveza, de 100 pesos aproximadamente tres serán para pagar los nuevos gravámenes.

Frente a estos cambios, "habrá productos de primera necesidad, alimentos básicos que independientemente del dos por ciento que se llegará aprobar, la gente difícilmente bajaría su consumo, pues son indispensables", comentó Montañez.

Sin embargo, hay productos sensibles cuyas ventas dependerán del nivel de ingresos de los compradores.

"De alguna manera, la gente al tener bienes sustitutos compensarálos ajustes. También dependerá de las estrategias que implementen las empresas, en este caso las de alimentos. Algunas pueden decidirse a absorberlos impuestos, ahí podría haber ventajas para varias de ellas al atraer clientes que cambian de productos", explicó.

Manifestó que los ajustes en precios de productos alimenticios dependerán de las empresas, pues existen firmas, como Bimbo, que tienen mayor capacidad de maniobra aunque de incrementar muchos los precios habrá clientes que decidan cambiar el pan blanco por tortilla.