Hace menos de un año arreglaron y pavimentaron la calle de Doctor Márquez, en el tramo comprendido entre avenida Cuauhtémoc y Doaor Jiménez, colonia Doctores; para mejores referencias es la que se encuentra a un lado del Hospital Infantil de México Doctor Federico Gómez. Actualmente la mencionada vialidad ya cuenta con baches y más de cinco topes, por lo que los automovilistas sufrimos al transitarla y debemos tener mucho cuidado para que no nos dañen los riñes o las llantas. La situación ha empeorado ahora con la temporada de lluvias y varios ya han sufrido las consecuencias de la mala reparación de esta calle. Por ejemplo, hace unos días me dirigía a mi hogar en un taxi y debido a que era de noche y al desconocimiento del chofer, sufrió un golpe en un bache que se encontraba pasando el tope. El conductor se molestó mucho y tuvo que detenerse para revisar su unidad, ya que al parecer se le echó a perder el rin. Lamentablemente nadie le va a reponer ese dinero, porque no cree que puede ir a reclamarlo a las autoridades correspondientes, pese a que yo se lo informé. Se supone que todos estos hechos no deberían pasar si desde un principio se pavimentaran las calles con buen material, todo lo hacen nada más para que creamos que trabajan y que están al pendiente de lo que la ciudadanía necesita. Es un cuento de nunca acabar, de qué nos sin/e el letrero que presume la obra sl en poco tiempo la vialidad está peor que antes. Hacemos un atento llamado a los responsables y esperamos que a la brevedad la reparen, Y no sólo ésta, sino todas las que están en malas condiciones en esta colonia, pero con buen material. Mario Cervantes

Acudo a este medio para denunciar a los choferes de la ruta 286, la de los camiones conocidos como "chimecos", que circula por toda la avenida Pantitlán. Ya van varias ocasiones en que abordamos las unidades y nos percatamos del olor a mariguana, alcohol o los llamados "activos". El chofer y sus acompañantes disimulan, pero es evidente que durante el recorrido se drogan y no les preocupa la seguridad de los pasajeros. Una vez me acerqué a llamarles la atención, pero me ignoraron, claro, después de que se burlaron de mí; lo más lamentable es que la mayoría son jóvenes de entre 15 y 18 años, a los que deberían prohibirles conducir estos camiones, sobre todo en el estado en el que se encuentran. Tenemos que estar al pendiente de que no ocurra un accidente, ya que van con la música a todo volumen y muchas veces compiten con sus "colegas" por el pasaje. Me han preguntado por qué no cambio de transporte, lo cual me gustaría, pero no me alcanza para pagar más de cinco pesos debido a la crisis, así que pido a las autoridades que atiendan él caso y nos garanticen seguridad, pues es un derecho que nos corresponde, y no debe importar si es un microbús, una pesera o un taxi. Enrique Robledo