[ Luciano Franco ]

No se justifica aplicar un impuesto en el rubro de telecomunicaciones, toda vez que la telefonía e internet están convertidos en servicios de primera necesidad para millones de familias, escuelas y universidades públicas, así como microempresas, aseguró el afirmó el líder de la bancada del partido Nueva Alianza en la Cámara de Diputados, Reyes Tamez Guerra.

Señaló que el impuesto especial para las cervezas, alcohol y cigarros no sólo está fomentando un mercado negro de bebidas adulteradas, sino también el contrabando.

El ex secretario de Educación Pública dijo que los efectos sociales de la crisis son difíciles de evaluar, porque los niveles de pobreza se han agudizado y cada vez más mexicanos enfrentan el desempleo.

Sostuvo que, bien avanzado el segundo semestre del año, "se mantiene una severa incertidumbre sobre la profundidad y duración de la crisis".

Los pronósticos sobre la caída del Producto Interno Bruto (PIB) van desde el 6.8 por ciento, según la Secretaría de Hacienda, hasta el 8 por ciento, según la OCDE.

Aseguró que la economía muestra una incapacidad estructural para crear empleos bien remunerados, generando una desastrosa combinación de desempleo y baja remuneración.

Resaltó la urgencia de aplicar acciones que reactiven el empleo y que generen un crecimiento sostenido. "Se requiere incentivar la demanda interna y un sistema financiero que impulse el crédito para empresas y familias".

El diputado federal destacó que subir los ya excesivos impuestos especiales a las cervezas, las bebidas alcohólicas y los cigarrillos sólo ha promovido -en el caso de las bebidas alcohólicas- el surgimiento del mercado negro de bebidas adulteradas, que se han convertido en un problema de salud pública, además de estimular el contrabando.

La única medida destinada a combatir la evasión dentro del nuevo paquete económico de 2010 es el incremento al Impuesto sobre Depósitos en Efectivo, del dos al tres por ciento, pero no es suficiente para lograr que la economía informal aporte lo que realmente le corresponde.

Reyes Tamez indicó que proponer un impuesto del cuatro por ciento a las telecomunicaciones atenta directamente contra un sector estratégico a la modernización y al desarrollo económico del país, y lesiona la economía de las familias y empresas mexicanas, para las cuales la comunicación constituye un servicio de primera necesidad y de seguridad.