EN CASO DE aprobarse los 3 pesos ad valorem por litro a las bebidas alcohólicas que produce la industria formal, resulta que algunos productos, los más económicos, llegarán a una carga fiscal hasta del 80 por ciento, lo que de facto constituirá un golpe directo al productor nacional y al consumidor popular. La industria vía la Comisión para la Industria de Vinos y Licores que lleva Rodolfo Vargas, a la sazón cabeza de Bacardí, y de la Fundación e Investigaciones Sociales de ese rubro (FISAC) que conduce Francois Bouyra de Domecq ha comenzado a cabildear en el Congreso para hacer ver que el impuesto ahondará además la problemática de un rubro que en los últimos 15 años ha sido afectado por gravámenes, lo que ha ocasionado que la industria de dudosa procedencia sea exactamente del nivel de la formal. Hoy la carga fiscal es de 72.5 por ciento por efectos del IEPS y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que se cobran. Una locura.

***