José Yuste

El presupuesto más ajustado y recaudador en 15 años

El paquete presentado por el Ejecutivo trae aumentos temporales en el ISR y varios gravámenes especiales en telefonía, cervezas y cigarros, entre otros.

En cuanto a la reforma financiera un tema será la liquidación de los bancos.

Sin duda alguna el paquete presupuestal para 2010 es el más austero y apretado que hayamos visto en los últimos 15 años, y a la vez el más recaudador al traer un impuesto al consumo para combatir la pobreza además de aumentos temporales en el ISR y varios tributos especiales en telefonía , cervezas, cigarros, juegos y sorteos y licor.

La economía está frente a una crisis de ingresos y el presidente Calderón y su secretario de Hacienda, Agustín Carstens, han meditado su negociación con el Congreso de la Unión, donde ponen sobre la mesa la aportación del gobierno en la austeridad: la eliminación de tres secretarías de Estado: Reforma Agraria, Turismo y Función Pública.

También recuerda que no se va a elevar el salario en mandos medios y superiores.

Vienen varias reducciones de direcciones y gastos de operación, así como la congelación de vacantes (excepto en Salud y Seguridad Nacional).

A cambio el paquete presupuestal del presidente pide eliminar varios programas de apoyo a sectores que no lo necesitan. El más claro es Procampo, cuyos subsidios van a los grandes productores del agro. También pide el apretón de cinturón por la vía de los ingresos.

El paquete económico 2010 solicita un nuevo impuesto al consumo dirigido exclusiva y únicamente para combatir la pobreza, es decir a Oportunidades y Seguro Popular.

El nuevo gravamen al consumo se llama Gasto de Contribución al combate a la pobreza y será de 2% en todos los productos, incluyendo medicinas y alimentos.

Vaya, en algunos casos ese tributo se sumará al IVA de 15% y se terminará pagando 17%.

Es una forma inteligente de darle la vuelta al IVA, cuyo acrónimo es casi un símbolo de la maldad que en su momento tuvo un costo político para el PRI (¿quién puede olvidar la roqueseñal al aprobar la elevación del IVA de 10% a 15% en el año de plena crisis 1995?).

Calderón y Carstens tomaron una decisión: la vía del impuesto al consumo. Saben que el boquete dejado por la menor producción y exportación petrolera es tan grande y la recaudación tan pequeña, que deben llenarlo con un tributo al consumo. Para venderlo políticamente, irá encasillado al combate a la pobreza.

Los otros tributos serán los Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios (IEPS).

Viene uno para la telefonía celular o móvil, y allí veremos juntos, de nuevo, a las compañías archirrivales: Telcel (Daniel Hajj), Telefónica Movistar (Francisco Gil), Iusacell (Gustavo Guzmán), Nextel (Peter Foyo). Obviamente todas cabildearán para tumbar ese gravamen. Pero es lógico que venía: el gobierno está desesperado por recaudar ingresos y busca obtenerlos de los más de 80 millones de aparatos telefónicos celulares del país.

Los otros impuestos especiales no serán tan fáciles tumbar, al fin y al cabo representan productos o servicios que pueden dañar la salud o son parte de un entretenimiento con apuestas, y como tales, siempre son gravados fuertemente: cigarros, cerveza, licor, y ahora también juegos y sorteos.

Todos los sectores estarán cabildeando y mostrando sus bondades en la Cámara de Diputados, y allí los legisladores deben ser inteligentes y conocer todos los puntos de vista para evitar caer en intereses particulares.

Los datos buenos del paquete presupuestal 2010 son el déficit fiscal, el cual no avanza más allá de 1.8%, similar al propuesto para el año en curso, con lo cual no va a crecer mucho más el endeudamiento.

Vale aclarar que si a ese 1.8% se le suma el endeudamiento de Pemex de 0.5%, entonces se llega a 2.3% de déficit fiscal total.

En cuanto al crecimiento se confía en la reactivación de la economía estadunidense. Por eso se espera un crecimiento de 3% para el próximo año, sobre todo jalado por exportaciones manufactureras hacia el vecino país del norte.

En cuanto a la reforma financiera vienen varios asuntos pendientes. Uno es la liquidación de los bancos, que por fin podrá llevarse para culminar con las reformas diseñadas a raíz de la crisis bancaria.

También viene todo un dato: el régimen de inversión de las afores podrá modificarse para aceptar un poco más de flexibilidad. Vamos a ver cómo queda, pero es lo que ha estado solicitando la Amafore (presidida por Eduardo Silva), la de flexibilizar su régimen de inversión. Y claro que pondrá feliz a Luis Téllez, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, que ve en las afores un inversionista institucional muy fuerte. Ya veremos la propuesta de la Secretaría de Hacienda y de la Consar, presidida por Moisés Schwartz.

También viene concluir la fusión Nafin-Bancomext, banco dirigido por Héctor Rangel Domene, y donde el sindicato de Bancomext se ha quejado de la fusión.