Aunque el catálogo de recetas para levantar al país de la postración económica planteado por el Consejo Coordinador Empresarial incluye un abanico de reformas, el eje, el epicentro, el énfasis apunta a una sola: la privatización de Petróleos Mexicanos Según ello, pues, modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución le daría al gobierno la varita mágica para revertir la crisis y regresar a la vereda del crecimiento sostenido. Casi el paraíso. La alternativa la plantea el organismo cúpula patronal en dos vertientes de sus propuestas: una, leve, que permita, vía la participación de los particulares, mejorar la comercialización de combustibles y petrolíferos de mayor calidad. Las entrelíneas hablan de abrir el escenario, por ejemplo, a la participación extranjera en estaciones de servicio o gasolinerías, es decir colocar las marcas Shell, Exxon y demás, al lado de la de Pemex. Más allá, en el capítulo de competitividad se vuelve al tema, sólo que en forma más aguda, es decir de plano vender al capital privado nacional o extranjero parte de la participación en la paraestatal. La exposición de motivos señala que "la ilusión de garantizar nuestra soberanía por la vía de administrar la riqueza petrolera a través de un monopolio de Estado se ha desvanecido". Y más: "Pensar en mantener petrolizados los ingresos públicos, que están en una pendiente peligrosamente acentuada, equivale a encaminar las finanzas públicas a un estado de insuficiencia permanente". El caso es que en afán de ilustrar el rumbo, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) encargó en las semanas previas un estudio en el que se compara desfavorablemente la ruta seguida por Petróleos Mexicanos y la firma brasileña Petrobras. De entrada, se señala que, aunque una y otra tienen idéntico origen, es decir la fase previa a la nacionalización de las empresas extranjeras que explotaban el subsuelo, su desenvolvimiento ha sido distinto. Petróleos Mexicanos nace en 1934, aunque su consolidación como empresa paraestatal llegó hasta 1938, tras el golpe expropiatorio dictado por el presidente Lázaro Cárdenas. Petrobras, a su vez, nace en 1953, y se consolida un año después, al decretarse una acción similar. Sin embargo, en 1997 el gobierno brasileño decide abrir el monopolio de Estado, permitiendo la entrada a inversión privada nacional y extranjera. De acuerdo con el análisis documentado por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, de 1998 al año pasado la inversión en Petrobras se elevó de 4 mil 980 millones de dólares a 29 mil 79. En el caso de Pemex, la inyección de recursos en el mismo lapso saltó de 50 mil 10 millones de dólares a 261 mil 740, es decir más de ocho tantos… aunque no por ello se volvió más eficiente. En el comparativo, mientras Petrobras aumentó su producción de petróleo crudo de 1.1 a 1.9 millones de barriles por día, la de Pemex cayó de 3.1 a 2.1 millones. Adicionalmente, mientras Petrobras tiene una plantilla de 75 mil trabajadores, la empresa pública mexicana llega a 143 mil. La productividad por trabajador, pues, alcanza en Brasil 25 barriles diarios, en tanto que en México llega a sólo 19.5. El documento habla además de un dramático contraste entre el avance tecnológico alcanzado por una y otra empresas; del mayor nivel de ingresos; de una mejor competitividad… Más aún, se señala que al desentenderse el gobierno carioca de presiones en el presupuesto público para proveer a su firma petrolera, se permitió su uso en partidas de carácter social o de desarrollo. Ahora que Petrobras ha logrado exitosamente concluir proyectos de excavación, investigación tecnológica e infraestructura, además de acceder a yacimientos de petróleo antes inalcanzables. Del uno, pues, al mil. Naturalmente, lo que se soslaya es el saqueo sin piedad que le han hecho a la empresa pública mexicana sus funcionarios; los contubernios que permitieron enriquecer hasta el escándalo a los contratistas; las exigencias multimillonarias del sindicato petrolero que luego se desvían al bolsillo de sus líderes. Más que el apoyo del capital extranjero, a la empresa pública la ha faltado el empujón de la justicia en todos sus terrenos, en un escenario de impunidad total. ¿Quién, por ejemplo, permitió la desmantelación del Instituto Mexicano del Petróleo? ¿Quién el sobreendeudamiento? ¿Quién la llegada de servidores públicos tan rapaces como ineptos? ¿Cerramos la hoja y borramos de un plumazo la Constitución? Balance general El principal argumento con que cabildean las firmas productoras de vinos y licores contra la posibilidad del enésimo incremento al hilo en el Impuesto sobre Producción y Servicios que planteará la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados, es que el nivel alcanzado resulta escandaloso. Estamos hablando de 50% sobre el valor de los productos. Peor aún, combinado éste con el resto de los tributos, es decir IVA, ISR, IETU y anexas, la carga impositiva alcanza 78%. Subir sólo un punto más equivaldría, pues, a volver inalcanzables los precios al público, abriéndose la puerta al contrabando y la piratería de marcas. Revive Protexa Apagada por años su luz, tras de alcanzar rango de contratista estelar de Petróleos Mexicanos, la empresa Protexa de los hermanos Lobo Morales, está de regreso. Acaba de firmar un contrato con cruceros Marítimos del Caribe para realizar traslados de su personal que opera mar adentro hacia la Sonda de Campeche, donde realiza trabajos de mantenimiento, construcción de líneas submarinas y rehabilitación o construcción de plataformas. Se calcula que día a día se realizan 10 mil traslados entre las plataformas y puntos de tierra. Encabezada por Trino Molina, Cruceros Marítimos del Caribe lleva 40 años en el mercado, constituyéndose como la segunda operadora de ferrys en América Latina. Siete vidas Durante muchos años corría en los ámbitos políticos un chascarrillo que comparaba al aún diputado Emilio Gamboa Patrón con los gatos, dado que cada vez que lo lanzaban desde la azotea caía parado, es decir se mantenía vivo en el presupuesto. Bien, pues el símil podrá aplicársele al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, quien, a imagen y semejanza de los felinos, parece tener siete vidas. Vetado por el Partido Acción Nacional en la época en que el líder de la bancada se llamaba Felipe Calderón Hinojosa, para ocupar el asiento del banco central en el pleno del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario, logró mantenerse en el cargo. Más allá, viva la animadversión del blanquiazul hacia su causa, logró reelegirse durante el sexenio foxista. Y, en el clímax, las señales apuntan a un periodo más, con el aval del hoy presidente Calderón Hinojosa, aun cuando sus enfrentamientos con éste han sido épicos.