Lectores
13/02/2008
Para que una ciudad, o incluso un país, quede libre del humo del tabaco no puede recurrise a la ley, como lo sueñan nuestros asambleístas. Si todos los problemas que aquejan a la sociedad mexicana se pudieran resolver expidiendo leyes, hace tiempo que habríamos salido del tercer mundo. Estoy seguro que en la Ciudad de México seguirá habiendo fumadores con o sin prohibición expresa, pues la calle es un buen lugar para consumir un cigarro. ¿Si de lo que se trata es abatir el tabaquismo, entonces por qué no mejor impedirlo, así como actualmente se prohíbe el consumo de mariguana y cocaína? Y los asambleístas no lo impiden porque, pese a su ignorancia supina, saben que fumar es, sobre todo, una decisión muy personal. Y que en un país libre cada quien tiene, o debería tener, el derecho de elegir cómo se muere, si fumando, tomando alcohol, consumiendo azúcar en exceso o respirando aire contaminado como el del Distrito Federal
Fuente: Milenio
Categoría: ALCOHOL EN GENERAL Página: 21 acentos
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