Esto, claro, lo hacen con el consentimiento, permiso y autorización de las propias autoridades locales que dan esa canonjía y favoritismo a los vinateros y cerveceros, aunque de hecho y de manera más directa a las distribuidoras de las bebidas etílicas que son las dueñas de casi todas o gran parte de esas franquicias o licencias, ya que esas empresas tienen blocks completos de los tan deseados permisos.

¿Por qué será? Por algo que se llama don dinero, al menos es lo que se ha acostumbrado en los últimos años, ya que en el pasado sobre las licencias para venta de bebidas alcohólicas fue directamente la primera autoridad municipal la que tenía un control absoluto sobre la posesión de dichos permisos oficiales, lo que no ocurre en la actualidad. Ya que de las principales marcas de cerveza y vinos que se venden en los municipios coahuilenses, el mero dueño y poseedor de éstas son directamente las empresas cerveceras y ellas son quienes deciden a quién y quiénes se las prestan, rentan o entregan bajo ciertas condiciones.

Lo anterior viene al caso porque los regidores y síndicos panistas de algunos municipios, proponen que se cancelen las licencias de alcoholes cuando no se refrende en determinado plazo, previamente establecido por el Ayuntamiento.

La propuesta sería definitivamente una buena medida si el respectivo Cabildo del municipio que tome esa decisión la autorizara, aunque definitivamente y considerando la forma y manera como ahora se manejan y controlan las licencias, sería una medida buena, pero a medias, ya que al tomarse en cuenta que se ha puesto en el tapete de discusión dicho tema, más sano y bueno resultaría que además de cancelar aquellos permisos que no se refrenden en tiempo y forma, retomaran directamente el control y manejo de las codiciadas licencias para venta de cerveza, licores y vinos.

La proliferación de más antros o locales de todo tipo donde se vende alcohol, mucho tiene que ver en su razón de ser, el control y posesión improcedente que de esas concesiones tienen las empresas cerveceras y vinateras, ya que aunque se cometan irregularidades y delitos motivo de cierre definitivo, la licencia sigue quedando a nombre de la cervecera o vinatera.

Tras de que cierran o aparentemente lo hacen el local o establecimiento que violó la ley, con la misma licencia se abre otro "abrevadero" y es el cuento de nunca acabar.

Son muchos los intereses que se mueven en la industria "alcoholizadora", al grado de que en los nuevos y famosos minisúpers de cuatro letras (o sea OXXO), el principal negocio no es la venta de café, refrescos y otros productos alimenticios, sino la venta de cerveza principalmente, aunque también venden tequilas, whiskies, brandies, rones...

Esto puede demostrarse sin problema alguno, por algo, en esos minisúpers con lo primero con que se tropiezan al entrar los clientes son con tremendos refrigeradores repletos de cerveza con hielo, independientemente de que en armatostes la bebida predominante son las "chelas".