Estos negocios no pueden condicionar una mesa en la compra de una botella.

Los precios además deben estar a la vista o en la carta y los negocios deben cumplir cion las promociones que ofrecen.

De ninguna manera pueden obligar al cliente a un consumo mínimo, lo cual influye en las decisiones del consumidor.

Los negocios o establecimientos tampoco pueden exigir la propina porque ésta debe ser voluntaria.

Los establecimientos donde venden bebidas alcohólicas, como restaurantes y bares deben de cumplir con la Ley de Protección al Consumidor, así como con las Normas Oficiales Mexicanas.

Los consumidores tienen derecho a recibir información, la publicidad, las etiquetas, los precios, los instructivos, las garantías y toda la información de los bienes y servicios que se le ofrezcan debe ser oportuna, completa, clara y veraz, de manera que se pueda elegir sabiendo qué comprar.

Otro derecho que se tiene es a recibir educación en materia de consumo. Tienen derecho a elegir por un producto o servicio sin presión de nadie ni condiciones de la venta a cambio de comprar algo que no se desee o exigirle pagos o anticipo sin que se haya firmado un contrato.

La Profeco indica que el consumidor debe tratar de ser crítico sobre la información que le proporciona la publicidad sobre la diversidad de productos y servicios de acuerdo a sus propias necesidades, actuar con conocimiento de causa y no sólo por la moda o lo que le impone la publicidad.

Si los negocios no cumplen lo que prometen, tiene derecho a que le compensen, ya sea devolviéndole el dinero, reduciendo el precio o reparándolo sin costo alguno.

El consumidor también tiene derecho a ser defendido por las autoridades y exigir la aplicación de las leyes, además de organizarse con otros consumidores que resulten afectados para defender intereses comunes.