Orizaba, Ver. Un control estricto y la necesidad de que el usuario o consumidor sea quien garantice la calidad de los productos que van a adquirir. Ante la cercanía de las fiestas patrias en donde el consumo de bebidas alcohólicas se incrementa, resurge el peligro de que en el mercado se encuentren productos adulterados, que dependiendo de la irregularidad, puede provocar serios problemas de salud. Aunque no se han conocido casos de gravedad en los últimos tiempos en la ciudad, los antecedentes son muchos y con frecuencia ganan los espacios de los medios de comunicación.

En lo que va del año, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aseguró en todo el territorio nacional, 93 mil litros de bebidas adulteradas o falsificadas, según informó el organismo a través de su página web, lo que representa un siete por ciento más en comparación con el año 2010.

En nuestra región un antecedente importante data del 2005, cuando en la ciudad de Orizaba de dos compañías asociadas se confiscaron 160 mil litros de ron, tequila y mezcal que contenían alcohol de 96 grados no desnaturalizado, no apto para consumo humano.

En el proceso de elaboración de una bebida pueden utilizarse componentes no permitidos, dañinos para la salud como el alcohol metílico, o metanol, o bien pueden usarse elementos saborizantes que reemplazan procedimientos. En el primero está el riesgo contra la salud, en el segundo hay un fraude para el consumidor.

Según explicó el ingeniero químico Erick Ubrom, que a base de azúcar y gracias a la utilización de levaduras se transforma en alcohol que luego se destila y se concentra el alcohol, por lo general el alcohol alterado es metanol y es el que puede provocar ceguera; entre estos dos existe una diferencia molecular, sobre esa sutileza reside el peligro.

Los operativos fueron en locales que vendían productos cerrados, con marcas y sellos que se ostentaban como originales, aunque no lo fueran.