NOTICIAS RECIENTES - INFOALCOHOL
JAQUE MATE / Vino gravado
25/08/2011
Sergio Sarmiento
El esfuerzo de los vitivinicultores mexicanos, sin embargo, se estrella contra la insensibilidad de los políticos. No sólo no reciben los productores mexicanos los apoyos de sus competidores, sino que además sufren los efectos de una injusta política fiscal que parece empeñada en destruir al sector.

Este domingo 21 de agosto, con la tradicional paellada, concluyeron las fiestas de la vendimia en el municipio de Ensenada. Muchos políticos estuvieron presentes en los festejos. A todos les gusta tomarse un buen vino y la foto en una de las fiestas populares más entrañables de nuestro país.

Cuando llega el momento de definir políticas públicas o cobrar impuestos, sin embargo, los mismos políticos tratan con saña a la vitivinicultura. Quizá los políticos deberían preocuparse menos por tomarse sus copitas de vino en las vendimias y concentrarse en eliminar los obstáculos que impiden un mayor desarrollo de esta actividad.

En otros países del mundo, particularmente los europeos, la industria vitivinícola recibe una amplia gama de subsidios y apoyos gubernamentales. Los vinos mexicanos han logrado sobrevivir e incluso prosperar ante esta competencia desleal gracias al desarrollo de una cultura de la calidad. Ésta ha permitido a los vinos mexicanos ganar medallas en concursos internacionales y adquirir un creciente renombre.

El esfuerzo de los vitivinicultores mexicanos, sin embargo, se estrella contra la insensibilidad de los políticos. No sólo no reciben los productores mexicanos los apoyos de sus competidores, sino que además sufren los efectos de una injusta política fiscal que parece empeñada en destruir al sector.

Si usted quiere tomar un buen vino mexicano a buen precio, le recomiendo hacerlo fuera de México. En la mayoría de los países los vinos son considerados un alimento y no pagan más gravamen que los que se aplican a otras bebidas. En la mayoría de los países de Europa el vino paga un impuesto al valor agregado igual al de otras bebidas, pero no se le aplican gravámenes adicionales.

En México, en cambio, se le cobra al vino un impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS) de 25 por ciento y encima de éste se aplica un impuesto al valor agregado (IVA) de 16 por ciento (11 en la frontera). Una vez que se piramidan los dos, el resultado es una prohibitiva carga fiscal de 43 por ciento.

No debe sorprendernos que a los mexicanos el vino les parezca una bebida cara y que por ello mantengan consumos muy bajos. Según el Wine Institute de California, el consumo anual de vino en México en 2009 fue de apenas 0.47 litros por persona, mientras que en Francia alcanzó 45 litros, en Suiza 38 y en España 28.

La vinificación añade un gran valor a la uva. En otros tiempos, me dice un productor de Ensenada, la uva simplemente se tiraba porque no valía nada. La producción de vino ha permitido el surgimiento de prósperos vergeles que han generado miles de empleos además de una cultura del vino.

No basta ya con que los políticos acudan a las fiestas de la vendimia a tomarse la copa y la foto. Ha llegado el momento de que hagan algo para que esta industria crezca y genere empleos y prosperidad. Los vitivinicultores mexicanos no están pidiendo subsidios o tratos preferenciales: quieren simplemente que se elimine el IEPS para que trabajen en igualdad de circunstancias con sus competidores de otros países.

Eliminar el IEPS no sólo detonará la industria del vino sino que ayudará a la salud de los mexicanos. Un vaso de vino al día disminuye los riesgos de ataque cardiaco y otros problemas de salud. Por eso, quizá, Jesús de Nazaret multiplicó el vino en las bodas de Caná. Si hubiera estado en México, los políticos le habrían cobrado 43 por ciento por su esfuerzo.

Fuente: Reforma    
Categoría: FISCAL    





Realiza una búsqueda


Realiza tu búsqueda por año
2021
2020
2019
2018
2017
2016
2015
2014
2013
2012
 
Categorías
Alcohol en general
Legislación
Medicas e investigación
Tipo de producto
Temas relacionados con la industria