Este trabajo detalla que, con base en la última Encuesta Nacional de Adicciones, el abuso y la dependencia de sustancias psicoactivas legales o ilegales presentan una preocupante evolución. Cerca de 27 millones de personas que refirieron beber grandes cantidades de al-cohol se ubican en el grupo de 18 a 29 años, al revisar la distribución del consumo de cualquier tipo de droga probada alguna vez en la vida, se observa que la mayor proporción se encuentra en las edades de 18 a 34 años, con una presencia de 12.1% en hombres y 3.3% en mujeres.

El abuso en el consumo de alcohol provoca que las bajas laborales y el ausentismo llegan a triplificarse y que la frecuencia de interrupciones laborales sea 1.4 veces mayor frente a los demás empleados.

A nivel internacional, las enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol afectan a cerca de 83.3% en los hombres, de los cuales 77.4% corresponde a la población entre 15 a 44 años.

El trabajo de los CIJ indica que en las últimas décadas el ámbito laboral en México se ha visto dañado por la diversidad de pautas de consumo en los trabajadores.

Al citar declaraciones del Instituto Mexicano del Seguro Social, esta investigación reporta que en el país el alcoholismo figura entre las causas de pérdidas importantes en la productividad industrial.

Los CIJ refieren que los riesgos y daños que enfrentan los individuos en el contexto laboral abarcan no sólo los accidentes o las enfermedades profesionales, sino también trastornos de salud que se ven influidos por las condiciones laborales, como jornadas laborales excesivamente largas, bajos salarios, vivir a larga distancia del lugar de trabajo, inestabilidad laboral, estrés, entre otros factores que ponen en riesgo al individuo de caer en consumos de drogas legales o ilegales.

El consumo de alcohol por parte de los trabajadores afecta el proceso productivo, los resultados, el clima laboral y la identidad de cualquier organización, explica.

La Organización Internacional del Trabajo informa que el abuso de sustancias en el espacio laboral contribuye a los accidentes, ausentismo, mala salud, robos, baja productividad y pérdida de empleos.

La investigación sugiere que la precarización del entorno laboral profundiza los factores de riesgo para el uso de drogas entre la PEA. Ante ello propone “un modelo de prevención y rehabilitación que facilite el abordaje del problema y convierta a los centros de trabajo en espacios de intervención" para promover acciones preventivas de mejora de su entorno y clima laboral.