
La droga invisible.
25/07/2011
Oscar Reyes Rodríguez
Oscar Reyes Rodríguez
Sin embargo, los solventes, ‘la mona’, como le dicen en las calles, pudiera ser la más letal de la drogas.
Según la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), se encuentra dentro de las primeras tres drogas de inicio, sólo detrás del alcohol y el cigarro.
No son mencionadas en ningún discurso oficial. De todos los detenidos por el gobierno Federal en el combate al consumo y venta de drogas, ninguno de los traficantes de estupefacientes ha confesado dedicarse a su venta. Sin embargo, los solventes, ‘la mona’, como le dicen en las calles, pudiera ser la más letal de la drogas.
Según la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), se encuentra dentro de las primeras tres drogas de inicio, sólo detrás del alcohol y el cigarro. Pueden ser compradas fácilmente sin necesidad de alguna receta médica ni de recurrir al clandestinaje. Pese a esto son los inhalables la droga ignorada en esta guerra.
De acuerdo con el Conadic, la edad promedio de inicio en su consumo ronda los 15 años. Y un estudio titulado “Las drogas e inicio en México”, auspiciad por este mismo organismo, señala que “en lo centros de rehabilitación y anexos, un porcentaje muy bajo está ahí por el consumo de los inhables, pero no porque no exista esta práctica, sino que con los inhalabas se empieza y luego se pasa hacia el consumo de otras, como mariguana y el crack, por mencionar las más comunes”.
Para Juan Ramírez Cárdenas, médico egresado de la UNAM y especialista en enfermedades de las vías respiratorias, los inhalables son, de todas las drogas, las más peligrosas para el ser humano.
“Entre los médicos les decimos que son como el ‘Rey Midas’, pero en un grado maligno: lo que tocan, lo destruyen. No por nada los usan para remover sustancias difíciles. Con haberla consumido en una sola ocasión, basta para haberse dañado casi equivalentemente como si la persona hubiera bebido durante un año completo o si hubiera fumado diario, por seis meses, una cajetilla de cigarro. Son letales esas drogas. Son peores que la mariguanas, cocaína o las drogas inyectadas”, señala.
A peso las ‘monas’
Un bote de limpiador de tuberías le cuesta poco más de 40 pesos. Contiene 250 mililitros de un compuesto llamado fenil-metano y de él obtiene unas 40 ‘monas’ más o menos bien servidas.
Javier tiene 16 años de edad y desde hace dos ‘le pone a la mona’. La primera vez la consumió por curiosidad y por invitación de un amigo suyo; la segunda vez también por la misma incitación de su camarada; la tercera lo hizo por gusto… y las siguientes ya fueron por necesidad.
“Le ‘pongo a la mona’ poco, unas tres veces al día, nomás para relajarme. Hay veces que si no la consumo, ando como bien tembloroso, la necesito para relajarme, pues tengo muchos problemas”, comenta con voz pausada.
Tiene dos amigos que han muerto por la ‘mona’; a él no le da miedo, “pues de algo me he de morir”, advierte.
Preparar una ‘mona’ es todo un ritual desde el momento en que consigue todo lo necesario para dicho fin. “Me visto como si chambeara en un taller. Voy a la ferretería y la pido; no tengo problema (en adquirirla), pues además ya me veo medio jodido, así que no me la hacen de tos y no me piden nada de identificación, Luego, busco a mis cutes a ver si me quieren acompañar, pues es mejor echarse un ‘mona’ acompañado de lo camaradas. Si no, simplemente me pierdo, me siento, preparo mi ‘mona’, le pido a Dios que no me vaya a quedar en el viaje y la disfruto”, relata sin pudor alguno.
Hasta ahora nunca ha “caído al tambo”, asegura, “pues soy discreto. No me gusta ser fantoche, pues es un placer muy personal el echarme un ‘mona’ y no lo hago nomás por andar de lucido”.
Javier dice que por el momento no le atraen otras drogas. Está conciente del daño que se hace a sí mismo, pero está dispuesto a seguir con su filosofía: “si me voy a morir, que sea por algo que me gusta; hay muchos que se mueren con las ganas, y no quiero ser e esos”.
Las drogas de los pobres
Carlos Durán, historiador y sociólogo por la UNAM, los inhalables no están presentes en los discursos oficiales por una razón: ‘son las drogas de los pobres’.
“No hemos visto a un gobierno que se preocupe por aplicar políticas públicas que inhiban el consumo de lo inhalables; éstos se compran barato, fácilmente e incluso en las propias casas los hay (...)
“Pero yo veo que el problema es más de fondo: los inhalables son drogas baratas, no hay intereses escondidos y además, pues quienes las consumen son gente sin muchos recursos. Además, del consumo de esas drogas se ‘brincan’ a otra según más fuertes, por eso su prohibición sólo se limita como a la el alcohol y el cigarro: están prohibidas para menores de dad y sin embargo hay un alto índice que las consume”.
La legislación en contra de consumo de los inhalables es un tanto laxa. De acuerdo con el abogado Carlos Salinas Espitia, estas drogas han ido olvidadas por las autoridades.
“Por ser sustancias que tienen un uso específico y quienes las consumen ‘lo desvirtúan’, es por eso que no existen más sanciones en ninguna legislación más que las multas, tanto por intoxicarse en la vía pública como para quien vende a menores de edad. Incluso, si alguien es remitido por consumir inhalables sólo cumple con el periodo de rigor estipulado en las faltas administrativas, que son 72 horas como máximo y el pago de una multa no mayor a 350 pesos, como lo hacen con las personas que consumen alcohol e la vía pública”, advierte.
Daños
El inhalar solventes daña varias partes del cuerpo de quien los consume:
Sangre: Algunas sustancias como el metileno o thinner, bloquean la capacidad de transportar el oxigeno en la sangre.
Músculos: El abuso crónico de inhalables causa desgaste de músculos y reduce el tono y fuerza de éstos.
Riñones: Los inhalables inhiben el tránsito de líquidos por el cuerpo, lo que ocasiona que éstos no lleguen alos riñones y haya problemas desde cistitis hasta cáncer de riñón.
Hígado: Es el músculo que más se daña y puede producir hepatitis o cáncer hepático.
uCorazón: Los inhalables afectan el ritmo el corazón y pueden provocar la muerte por arritmia.
Cerebro: Los solventes disuelven una capa protectora que envuelve a las neuronas llamada mielina. Cuando ésta se daña hay riesgos de una muerte celular irreversible. Además, los inhalables causan pérdida de memoria, alucinaciones y disminución en los procesos de aprendizaje.
Cerebelo: Es el centro de la mayoría de las funciones involuntarias del cerebro. El daño producido por inhalar solventes afecta los movimientos del cuerpo y la coordinación de éste, además de que el adicto experimenta temblores y agitaciones constantes.
Sistema respiratorio: La inhalación repetida de solventes daña a lo pulmones, incluso, pueden llegar a ocasionar una disminución del tamaño de éstos. Además causan irritaciones en las mucosas nasales y tracto respiratorio y en ocasiones causan cáncer de pulmón.
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¿Qué son las ‘monas’?
Por ‘monas’ se le conoce a las dosis de solvente líquido que es inhalado por quien lo consume. Su composición es bastante sencilla: basta un pedazo de estopa, tela o hasta papel higiénico o servilletas, los cuales hacen ‘bolita’ y los ‘bañan’ con el líquido. Luego, inhalan la ‘mona’ por la nariz o por la boca.
Los inhalables y sus costos
Producto Precio aproximado Cantidad
Limpiador de PVC $40 250 mililitros
Resistol 5000 $70 135 mililitros
Tonsol (‘toncho’) $40 500 mililitros
Tinher $30 500 mililitros
Aguarrás $40 960 mililitros
Removedor $40 960 mililitros
Fuente: a.m.com.mx
Categoría: INVESTIGACIONES
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