Ese lugar que nos da el Banco Mundial puso felices a muchos funcionarios públicos, que creen que no estar tan abajo en la tabla en realidad es muy buen lugar.

O quizás incluso estén satisfechos con nuestra clasificación en función del PIB per cápita en dólares equiparados por poder adquisitivo (PPP), que nos ubica en el lugar 53 medidos por esa variable pero, eso sí, como "un país de renta media".

Casi para donde usted voltee, en donde haya rankings internacionales, nos hemos acostumbrado a estar en la parte baja de la tabla. Y cuando estamos en la parte media o poquito más arriba incluso, casi hacemos fiesta.

Y en el deporte, usualmente, cuando algunos mexicanos destacan es cuando compiten individualmente, trátese del deporte de que se trate.

Por eso resulta casi inconcebible que México ocupe el lugar número uno en un deporte que se realiza en equipo, pues parecería que nos cuesta ponernos de acuerdo, no sólo en el Congreso, ¡sino hasta para jugar futbol!

¿El triunfo del fin de semana significa que hay una generación a la que ya no le pesan esos síndromes nacionales que frecuentemente nos condenan a la mediocridad?

Ojalá fuera así. Pero ya nos pasó una vez, en 2005, que parecía que teníamos una generación con otra mentalidad, y poco cambió desde entonces.

Sin embargo, el triunfo del domingo muestra dos cosas: el potencial que existe y el descuido en el que tenemos a muchísimos jóvenes de gran talento.

Imagine por un momento que el mismo nivel de atención pública que le damos al futbol se lo diéramos a los estudiantes destacados en ciencia y tecnología.

Y que identificáramos el talento en estas materias, y hubiera enormes incentivos públicos para desarrollarlo de manera destacada.

Lo más probable es que así como surgió un Julio Gómez haciendo genialidades en la cancha, surgieran nombres de jóvenes con capacidad para hacer también genialidades en el conocimiento y en el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, con mucha frecuencia, en México nos gana una malentendida inclinación a la igualdad o incluso a la filantropía.

Cortamos con el mismo rasero a quienes son desiguales. Nos encanta presumir la cobertura de la educación básica, pero tememos reconocer que -por las razones que sean- hay diferencias de talento y que los niños y jóvenes que tienen gran potencial deben recibir un trato diferente.

Y en la medida en que no trabajamos para construir élites y liderazgos, en esa medida, cuando pasan los años o incluso las generaciones, llevamos a las posiciones de poder y decisión a quienes se sienten satisfechos porque en tal o cual clasificación estamos entre los mejores... de los mediocres.

Los últimos dos días hubo fiesta y regocijo, ganados con todo derecho y plenamente disfrutables.

Ojalá que pudiéramos ir más allá de la fiesta y convertir triunfos como el de la Sub 17 en un momento que nos permitiera visualizar la necesidad de construir en México esa clase dirigente en todos los ámbitos que sea capaz de darle la vuelta al País y evitar que... nos conformemos con no ir tan mal.

México en el mundo

(Lugar en clasificaciones)

Futbol Sub 17 1

Futbol mayor (según FIFA) 9

Competitividad (WEF) 66

Ambiente de negocios (Banco Mundial) 35

Tamaño de economía 14

PIB per cápita 53

Exportaciones 13

Matemáticas (según PISA) 29 de 29

Fuentes diversas