Pueden conseguirse en alguna de las tiendas de la comunidad, las cuales, incluso, venden a pesar de estar junto o frente a templos e instituciones educativas; o bien, pueden ser compradas en algunas de las camionetas o carros apostados junto a los campos de futbol, práctica muy común y poco atendida por las autoridades.

Javier Gallardo Arroyo, director de Fiscalización Municipal, aseguró que tienen un serio problema para atender la venta ilegal de bebidas alcohólicas en las comunidades.

“Recibimos reportes y vamos a donde nos indican, pero por el tiempo de traslado, no los agarramos en flagrancia y los vendedores para entonces ya guardaron la mercancía. Como no somos una dependencia que pueda sancionar, solamente nos podemos limitar a decomisar el producto, por eso se nos complica”, dijo.

El tiempo es un factor que juega en contra de la autoridad. Aunque el tiempo de reacción de las dependencias municipales oscila entre los 2 y 4 minutos, el recorrido hacia las comunidades tarda máximo 10 minutos; en total, de 12 a 14 minutos máximo llegan a atender el reporte, tiempo suficiente para que se calmen los ánimos, se dispersen los implicados, o bien, aumente el problema.