Johnnie Walker, una de las marcas de bebidas alcohólicas más famosas del mundo, pretende revolucionar el mundo del whisky en China. ¿Cómo? Con el marketing más novedoso. Walker acaba de abrir un especial espacio en Shangai llamado 'Johnnie Walker House' que destaca por su espectacularidad tanto interior como exterior. Creada por la famosa agencia Love, la casa, hecha para explorarla, es una experiencia de marca en todos los sentidos donde está cuidado hasta el último detalle. Todo está enfocado a profundizar y a hacer crecer la experiencia que en China se tiene con esta bebida alcohólica, y es que el conocimiento de whisky en ese país no es algo muy común, pero su consumo, sobre todo en las clases altas, cada vez está más de moda (las exportaciones de whisky en China aumentaron un 24 por ciento en 2010).

Cada piso de esta casa muestra la historia de Johnnie Walker, el arte de crear este brebaje escocés y los diferentes tipos de whisky que fabrica la firma. Un hervidero de sensaciones para el visitante en el que se mezcla la tradición y el branding más puntero.

Como creaciones novedosas relacionadas con este despliegue de Johnnie Walker en China hay que destacar dos. Por un lado, la creación de un nuevo whisky bautizado como 'The Johnnie Walker 1910 Commemorative Edition', inspirado en las mezclas de whisky que fueron creadas en 1910, año en el que por primera vez se degustó un Jhonnie Walker en China. Esta bebida sólo se podrá degustar en la Casa Jhonnie Walker y únicamente habrá 1.000 botellas numeradas de esta estupenda mezcla. Se podrá comprar a un precio de aproximadamente 1.500 euros la botella.

La segunda de las creaciones de Walker especialmente ideadas para esta apertura es una serie de botellas diseñadas por el artista londinense Chris Martin. Son siete botellas con diseños diferentes que simulan a la tradicional porcelana oriental. Si se juntan los envases, todo se convierte en una ilustración increíble que cuenta, nada más y mada menos, que la historia del épico viaje a China del whisky Johnnie Walker en 1910.

China es un caramelo para las empresas creadoras e importadoras de whisky y este es un ejemplo de creatividad y de cómo conectar y fidelizar con el consumidor apuntando a las experiencias vitales y sensoriales, todo ello desarrollado en un país en el que la cultura y el amor por este producto crece a paso firme.