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COORDENADAS Scrooge y nosotros
16/12/2009
Enrique Quintana
Hace un año pensábamos que no iba a haber una peor Navidad que la de 2008. Hoy sabemos que no es así.

Al celebrar hace 12 meses, estábamos entrando a una era de incertidumbre y nos deslizábamos a la peor recesión que hubiéramos vivido.

Entre noviembre y diciembre del año pasado se perdieron 386 mil puestos de trabajo y la situación se veía desastrosa para miles de familias.

El índice de confianza de los consumidores cerraba el año pasado con un desplome de 10.6 por ciento. Y lo peor es que no se veía ninguna luz al final del túnel.

Hoy pareciera que las cosas debieran ser diferentes.

Si bien no estamos en jauja, en casi todo el mundo hay signos de que ya hubo un cambio de tendencia. La crisis financiera parece haber llegado al fondo.

En México el empleo ha empezado a crecer, y de julio a noviembre ya se han creado 321 mil empleos formales y ha bajado el temor de perder el trabajo.

El índice de confianza de los consumidores llegó a su piso en mayo y no ha caído más bajo.

Aunque de manera moderada, variables como el Indicador General de Actividad Económica o la producción industrial ya van en ascenso.

Pero, con todo y todo, probablemente ésta vaya a ser la peor época navideña de muchos años.

La razón es que los fantasmas que visitaron a Scrooge también vinieron a vernos.

Recorrimos las Navidades pasadas y nos dimos cuenta de todas las oportunidades que hemos perdido en el País.

Si hace dos o tres décadas hubiéramos hecho una reforma fiscal en serio, seguramente no habría incrementos de impuestos, sino como en muchos lugares del mundo civilizado, tendríamos una reducción de la carga impositiva.

También nos dimos cuenta de que si en aquellos años hubiéramos sido más audaces y se hubiera abierto la industria petrolera, quizás hoy Pemex, fuera una empresa líder y celebraríamos los incrementos en la producción mes con mes.

Como en la historia de Dickens, el fantasma de las Navidades futuras también se nos hizo presente.

Vimos de golpe cómo sería nuestra nación dentro de dos décadas si seguimos con la clase política que tenemos hoy.

Nos vimos reflejados en la tragedia que viven algunas naciones africanas o asiáticas, porque en América Latina ya van quedando muy pocos con los cuales compararnos, por lo menos en la tendencia.

En nuestro viaje al futuro vimos a una población mexicana con una proporción cada vez mayor de individuos de la tercera edad, sin pensión y sin servicios médicos; con un gobierno que ya no obtiene recursos ni para pagar sus quincenas, pero que inventa impuestos a cada momento. Vimos una nación importadora de crudo, pero en la que algunos nostálgicos todavía celebran el 18 de marzo.

Finalmente, no podía faltar el fantasma que nos reveló el presente.

Nos pintó la realidad de que hoy existen cerca de 300 mil personas que no tienen trabajo, y que hace un año, pese el arranque de la crisis, sí lo tenían.

Nos llevó a un largo viaje a Brasil para ver un país con liderazgo, en la vitrina mundial, con el personaje del año y próximos a organizar las Olimpiadas y el Mundial; una nación con la expectativa de convertirse en una de las potencias del nuevo siglo.

Así que, como puede darse cuenta, los fantasmas que nos vienen a ver, hacen que sea muy difícil mantener el espíritu navideño, por más que la historia clásica nos diga tras esos recorridos que hay que salir corriendo a alegrarnos y a celebrar.

Fuente: Reforma    
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA    





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