Entre las demandas desestimadas por la mandataria destacan las de cerveceros artesanales, quienes argumentan que sus productos, al contener menos alcohol, deberían tener un régimen fiscal distinto. A ellos, Sheinbaum respondió enfáticamente: “La justicia fiscal no se basa en excepciones que solo benefician a ciertos sectores, sino en un esquema equitativo para todos”.

Asimismo, abordó las peticiones de gaseros para liberar el precio del Gas LP, señalando que esta medida sería un retroceso en los avances alcanzados en la regulación del sector energético. Sheinbaum recordó su experiencia como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y la creación de Gas Bienestar, una empresa que, desde su puesta en marcha, permitió reducir el precio del cilindro de 20 kilogramos de más de 500 a 400 pesos.

Sheinbaum descarta aumentar impuestos y reitera compromiso con la justicia fiscal.

“La regulación de precios no solo benefició la economía de las familias mexicanas, sino que también evidenció la necesidad de una supervisión gubernamental para evitar abusos en sectores estratégicos”, apuntó.

Reforma fiscal, pero con cautela

En cuanto a las voces que piden una reforma fiscal para incluir a las personas de menores ingresos en el pago de impuestos, Sheinbaum fue tajante: “Primero debemos eficientar la declaración y el cobro de impuestos. Solo entonces, y si las condiciones lo requieren, podríamos pensar en una reforma fiscal que priorice la equidad y el bienestar de la mayoría”.

La postura de la presidenta reafirma su compromiso de mantener una política fiscal que priorice la estabilidad económica y la justicia social, alineada con los principios de la Cuarta Transformación.

Con ello, el gobierno de Sheinbaum busca fortalecer los ingresos del Estado sin afectar a los sectores más vulnerables, garantizando que el desarrollo del país sea financiado de manera justa y sostenible.