México y Hacienda. La ya de por sí endeble esperanza que se tenía de que el presidente Felipe

Calderón podría sacarnos de la crisis financiera, lejos de fortalecerse con los cambios en el

gabinete económico parece que se ha debilitado aún más porque son los menos a los que les

merece plena confianza el nuevo gobernador del Banxico y son menos aún los que confían en

Ernesto Cordero al frente de la Secretaría de Hacienda.

Si bien la evaluación de la gestión de Guillermo Ortiz al frente del Banco de México no es muy

buena en promedio los entrevistados le otorgaron una calificación de 6.5, la mayoría está

convencida que dadas las condiciones de la economía hubiera sido mejor que se reeligiera para

un tercer periodo. Se piensa que Calderón no lo reeligió porque le molestaron las diferencias

mostradas por Ortiz respecto a los indicadores económicos manejados por Hacienda, y que el

mandatario al decidir cambiarlo no pensó en lo que sería mejor para la economía nacional. Mal

inicia el nuevo gobernador del Banco de México si es ratificado por el Senado cuando 70%

está convencido de que sus decisiones estarán supeditadas por completo a lo que ordene el

Presidente.

La recuperación económica pasa por recuperar la confianza del consumidor, y por lo visto esa

confianza está lejos de recuperarse con Carstens en Banxico y Cordero en Hacienda. En

opinión de seis de cada diez personas que entrevistamos, al Presidente sólo le importa que

sean sus incondicionales y no que sus colaboradores estén preparados o tengan los méritos necesarios para desempeñar las funciones que se les encomiendan...