Chihuahua.- Los jóvenes entrevistados todos ellos estudiantes aseguraron que aun cuando reconocen de los riesgos que corren al acudir a divertirse en estos sitios, también saben que son los únicos lugares que existen para su diversión como jóvenes, esto ante la carencia del gobierno por abrir espacios en los cuales puedan convivir de una manera más sana.

"Como quieren que los jóvenes no acudamos a esos lugares cuando a diario observamos que los centros nocturnos se cierran por la extorsión o porque se han registrado balaceras, nosotros también necesitamos de espacios y lugares en donde divertirnos y dejar el estrés que nos causa también el estudio y los conflictos de la sociedad, hoy en día no podemos salir porque todo representa un peligro", fueron las palabras de Iván Sánchez quien estudia en uno de los colegios de bachilleres.

Indicó que esa clase de eventos se han popularizado a tal grado que sus compañeros sólo esperan los fines de semana para acudir a esos "partys" como les llaman a las fiestas.

"Ahí conocemos a gente nueva hacemos amigos, nos despejamos un rato, bailamos y nos divertimos, estamos conscientes de los riesgos que también traen consigo esa clase de fiestas pero es parte de nuestra madurez, tiene mucho que ver los valores, la educación, la confianza y la comunicación que exista con tus padres y la decisión que uno tome de querer o no hacer algunas cosas como es el consumir drogas", establece otro de sus amigos que sólo dijo llamarse René.

De acuerdo a los especialistas en temas relacionados con las adicciones, la combinación de algunas drogas puede traer consecuencias fatales tales como quedar en un estado vegetativo, en coma o incluso hasta morir.

De acuerdo a Olivia Caraveo una de las drogas legales más consumidas por los jóvenes es el alcohol que se ingiere por vía oral y el tiempo que pasa desde el último trago hasta que se alcanzan las concentraciones máximas en la sangre varía de 25 hasta 90 minutos.

Asegura que cuando el etanol alcanza el cerebro actúa como un depresor primario y continuo del sistema nervioso central, por lo que la estimulación aparente es en realidad un resultado de la depresión de los mecanismos de control inhibitorio del cerebro.

Sus efectos dependen de la dosis, pero los primeros en detectarse es con la afectación del habla, el pensamiento, la cognición y el juicio, a medida que la concentración alcohólica aumenta, se deprimen también los centros inferiores del cerebro afectando la respiración y los reflejos espinales, hasta llegar a la intoxicación alcohólica que puede provocar un estado de coma, ya que el alcohol es muchas veces "la puerta de entrada", al consumo de otras drogas.

Informa además que el cigarro es una droga que causa mayor adicción, se forma de aproximadamente 4 mil 700 compuestos (algunos considerados venenosos), aumenta el riesgo de cáncer pulmonar, de laringe, órganos digestivos y aparato urinario, predispone a la bronquitis crónica, al enfisema, la úlcera péptica, es factor de riesgo en el aneurisma de la aorta abdominal y factor agravante de la hipertensión arterial, es el responsable de muchos ataques al corazón.

El tabaco aumenta la frecuencia cardiaca, provoca vasoconstricción inadecuada, aumento de la tensión arterial y del consumo de oxígeno.

Algunos de los jóvenes que consumen tabaco buscan experimentar con la inhalación de la marihuana que provoca ojos rojos, boca seca, uso de razón limitado o afectado, razón del tiempo alterado, habilidades que requieren concentración o coordinación son afectadas, como manejar un auto; paranoia, ataques de ansiedad intensificados, percepción alterada, se dificulta el asimilar información nueva, problemas con el aprendizaje, la memoria, la percepción y el criterio, problemas con el habla, con escuchar, pensar, atención de información y resolución de problemas.

En cuanto al uso de las anfetaminas (conocidas también como "anfetas") explicó que son drogas sintéticas que tienen un efecto predominantemente estimulante del sistema nervioso central.

Los efectos generales más inmediatos y sobresalientes de las anfetaminas son el aumento del estado de alerta, de la energía y de la autoconfianza, aunque también reduce el hambre, el cansancio y el aburrimiento.

Altas dosis consumidas durante muchos días pueden causar delirios, reacciones de pánico, agresividad, disturbios emocionales, alucinaciones y sentimientos de persecución (lo que se conoce con el nombre de "psicosis anfetamínica") y cuando el consumo es de largo plazo puede generar un síndrome de abstinencia cuando la droga deja de ser consumida.

La combinación de anfetaminas con alcohol, antidepresivos, cannabis, o heroína puede originar efectos altamente peligrosos para el organismo.

Aunque también existen otras drogas de diseño como el éxtasis, cristal, speed y las metanfetaminas que contienen sustancias muchas veces asociadas a derivados tóxicos que no han sido correctamente depurados e incluso pueden estar adulteradas, lo que incrementa el riesgo de sufrir problemas en la salud.

Caraveo declaró que esta clase de drogas producen reacciones como locuacidad, bienestar, desinhibición, deseos de bailar, hipersensibilidad al tacto y euforia; mientras que provocan efectos secundarios como nauseas, taquicardias, hipertensión, confusión mental, amnesia temporal, alucinaciones, sequedad de boca, sudoración, temblores, cefalea y ansiedad, más si se mezclan con el alcohol.

"Una complicación muy grave del consumo de estas sustancias es la hipertermia o "golpe de calor", consiste en un aumento de la temperatura corporal por encima de 39º, asociado progresivamente a una detención del sudor, calambres, alteración del estado mental, incontinencia urinaria que puede terminar en parada cardiorrespiratoria y muerte", dijo.

Por lo que sostuvo que el consumo produce incontables muertes neuronales y las consecuencias para el afectado son insomnio, disminución del deseo sexual y anorgasmia (más frecuente en varones), cansancio, tristeza y apatía, que pueden durar de semanas a meses.

También provocan problemas de memoria, dificultades de concentración y atención, todas estas sustancias pueden desencadenar además en episodios psicóticos y de adicción, mientras que el consumo de cocaína llega a producir infartos de miocardio, crisis epilépticas, arritmias cardiacas, infartos cerebrales y otros accidentes vasculares cerebrales