Aunque ya ha trascendido ampliamente el menú de opciones que analizó el Gobierno, todavía es necesario afinar los detalles de la mezcla.

Los dos puntos más delicados son el recorte al gasto público y los cambios en las tasas impositivas que habrán de proponerse.

Pero también hay otros aspectos que deben detallarse, como la fijación del precio de referencia del petróleo mexicano y las estimaciones de volumen producido.

Los datos petroleros pueden ser claves para que cuadren los números que se van a presentar.

El precio del barril de petróleo que se considerará para el presupuesto será aproximadamente de 54 dólares por barril.

Esta cifra es apenas ligeramente superior, quizás en un dólar, a la que se puede estimar como promedio para este año. Sin embargo, es 16 dólares inferior a la que se consideró para el presupuesto de este año.

Pero quizás la diferencia sea más notoria en el volumen estimado para las exportaciones.

Se asumirá probablemente una reducción de 200 mil barriles diarios en el volumen exportado.

Esas dos diferencias implican una pérdida de aproximadamente 11 mil 500 millones de dólares respecto a los ingresos que se presupuestaron el año pasado.

Ya considerando el efecto de las coberturas petroleras, la pérdida será de alrededor de 3 mil 800 millones de dólares o algo así como 50 mil millones de pesos, lo que constituye parte del famoso agujero fiscal.

Habrá que ver si los legisladores mantienen los supuestos de exportación y precio que les mande Hacienda o si los usan como factor de ajuste para que los datos les cuadren.

A diferencia de otros años, en éste fue mucho más complicado negociar previamente con los diputados para que al momento de llegar a la Cámara el paquete hubiera algunos acuerdos básicos.

Debido a que los coordinadores parlamentarios de los tres principales partidos, y especialmente del PRI, se definieron hasta bien entrado el mes de agosto no hubo margen para tratar de hacer una preselección de propuestas.

Por esa razón, las iniciativas que se afinan todavía el día de hoy tienen más riesgos de ser modificadas profundamente que en otros años.

Así que habrá que tomar con pinzas lo que se conozca mañana.

Las propuestas que presentó el PRI la semana pasada no ayudan mucho en saber cuál será la posición del tricolor, pues en la mayor parte de los casos se plantean las cosas demasiado generales.

Por ejemplo, se plantea revisar la estructura de los llamados "gastos fiscales", que implican exenciones y tasas diferenciadas. Pero al mismo tiempo, en una de las más importantes, hay un rechazo completo, como es la aplicación de una tasa de IVA a alimentos y medicinas.

Dudo que, por ejemplo, si se plantea uniformar las tasas de ISR o IETU en el sector rural, el PRI lo acepte.

Del lado presupuestal también habrá intensas negociaciones, pues el PRI buscará que una proporción todavía mayor de los recursos del Gobierno sea ejercida directamente por estados y municipios.

Para poder hacer recortes importantes, quizá cercanos a 200 mil millones de pesos respecto al presupuesto del año pasado, van a tener que cancelarse o recortarse programas altamente sensibles, lo que va a ser difícil de aceptar por los priistas.

Con todo y que se busque hasta el último momento del día de hoy llegar mañana con una propuesta con viabilidad, la realidad es que nos esperan semanas de intensas negociaciones antes de que esté claro el panorama del 2010.

enrique.quintana@reforma.com

El desplome petrolero

(Producción de crudo, miles de barriles diarios)