Gravar los teléfonos móviles, algunos servicios de telefonía y a la televisión restringida con el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sería una acción contradictoria del Gobierno, pues se incrementaría la brecha digital y daría reversa a la política de reducción de tarifas, advirtieron analistas del sector.

La Secretaría de Hacienda está por entregar el Presupuesto para 2010, junto con un proyecto de reforma fiscal, que contempla imponer impuestos de lujo en algunos equipos y servicios de telecomunicaciones.

"La comunicación móvil se ha ubicado como un servicio básico por tener mayor cobertura que los servicios fijos y es una herramienta de trabajo de la población, por lo que sería contradictorio gravarlos como bien de lujo", indicó Ernesto Piedras, director de la consultora Competitive Intelligence Unit.

Durante la Administración de Ernesto Zedillo hubo un intento similar, pero no resultó porque salía más caro el pago del mecanismo para recabar los recursos que el monto pagado, recordó.

Abel Hibert, ex miembro de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, comentó que imponer un IEPS sería como poner reversa a las reducciones en las tarifas que se han logrado e impactaría en la competitividad del País, al seguir entre las ofertas más caras de la OCDE.

Sería una política distorsionada porque se castiga al consumo, pues los celulares son una herramienta de competitividad para un segmento importante de la población, mientras que los servicios de televisión restringida, en el caso de las comunidades alejadas, son la única alternativa para ejercer su derecho a la información, detalló.

El incremento en los precios encarecería las posibilidades de acceso a la población de bajos recursos y reduciría la tasa de penetración del servicio en el País, que es de 71.5 líneas por cada 100 habitantes, por debajo del promedio de América Latina.

La industria de telecomunicaciones es uno de los sectores que mayor impacto tienen en el desarrollo social del País, representan en promedio 6 por ciento del PIB y genera un alto valor para el resto de los actores económicos, por lo que un incremento en los precios impactaría a toda la cadena, señaló Piedras.