Entre ellas, han instado a examinar la influencia que las políticas de precios tienen en el consumo excesivo de

bebidas alcohólicas.

Regular los "happy hour" o "dos por uno", aplicar impuestos especiales a ciertas bebidas o combinados alcohólicos, así como a la distribución gratuita de alcohol son algunos de los instrumentos eficaces que los ministros europeos de sanidad han respaldado.

En Cataluña (España), por ejemplo, el Gobierno Autónomo comenzó a sancionar en noviembre con multas entre 3.000 y 600.000 euros a los bares y discotecas que utilizasen reclamos como barras libres o "happy hour" para que sus clientes tomasen más consumiciones.

Asimismo, los titulares de Sanidad han propuesto otras iniciativas, como reducir las desigualdades sanitarias o

intensificar las investigaciones sobre los vínculos entre el consumo de alcohol y las enfermedades infecciosas.

Proteger a niños y jóvenes, reducir el número de accidentes de tráfico, prevenir enfermedades, reducir sus repercusiones negativas en el trabajo y sensibilizar sobre los efectos nocivos del alcohol son las áreas prioritarias para la estrategia comunitaria sobre el alcohol, que se implementó en 2006.

Según han recordado los ministros, un 25% de las muertes entre hombres jóvenes de entre 15 y 29 años y un 10%

entre las mujeres de esa misma edad están ligadas al abuso del alcohol.

Además, el 15% de la población adulta europea abusa del alcohol y se calcula que 60.000 bebés nacen cada año con un peso inferior al normal como consecuencia del consumo excesivo de bebidas alcohólicas por parte de la madre.

La ministra sueca de Sanidad, Maria Larrson, ha afirmado al término del consejo que las conclusiones hoy adoptadas reforzarán las actuaciones para amparar a jóvenes y niños, considerados un grupo de riesgo prioritario.

También ha recalcado que los ministros han solicitado al Ejecutivo comunitario que comience a preparar ya los ejes

del plan que la UE pondrá en marcha a partir de 2012, año en que la actual estrategia concluye.

Los productores de vino de la Unión Europea (CEEV), por su parte, han recibido con satisfacción las medidas propuestas, y han aclarado que el problema no es el consumo de alcohol en sí, sino el abuso de esta sustancia.

Han lamentado, sin embargo, la falta de datos científicos que apoyen algunas de las iniciativas impulsadas por los

ministros.

En este sentido, han afirmado que los datos "están lejos" de probar que las políticas de precios bajos reducen el consumo de alcohol, ya que la rebaja del coste de las bebidas en los últimos años ha ido acompañada de una reducción de las ventas, especialmente dramática en el caso de los vinos, con una caída del 20% desde 1996 en los principales países productores, recuerdan EFE.