Sin embargo, existen otros que pueden imitar a marcas que quizás no conozcas y no sepas que estás comprando algo pirata. Para ello te recomendamos seguir estas 5 recomendaciones:

1. Revisa etiquetas, empaque y contenido: Los productos originales y los pirata son cada vez más parecidos, pero entre más hologramas, sellos de seguridad, fechas de caducidad e información sobre garantías tenga el producto, es más difícil que se trate de un engaño. Adquiérelos en establecimientos formales y confirma los números de serie, teléfono y direcciones del fabricante.

2. Fíjate en los impuestos: Si en tu recibo no vienen los impuestos desglosados, o si ni siquiera te dan recibo, averigua más sobre la mercancía antes de comprarla.

3. Busca distribuidores autorizados: Es común que las compañías publiquen listas de distribuidores autorizados, ya sea en internet o en el empaque de sus productos. Visita solo esos lugares.

4. Asegúrate de que la transacción sea segura: Si vas a realizar una compra en línea asegúrate de que los pagos se transfieran mediante sitios que comiencen con https:// (la “s” significa seguro) y busca el símbolo con la forma de candado en la parte inferior de tu navegador. Si el pago lo vas a hacer en persona fíjate que la información de tu tarjeta de crédito no se quede en copias a las que se les pueda dar mal uso.

5. Confía en tus instintos: Si algún producto es demasiado bueno para ser verdad y se vende a un precio increíble, duda de su autenticidad. Interroga al vendedor sobre el origen del producto y su garantía, si no te convencen sus respuestas, mejor no lo compres.

Si adquieres productos pirata por el simple hecho de que resultan más económicos debes saber que estás contribuyendo a que existan empleos explotados y mal pagados. También, ten en cuenta que si ingieres medicinas, cafés, cervezas o golosinas que no están aprobadas por las dependencias correspondientes podrían provocarte graves daños a tu salud. ¡Dile no a la piratería y no te dejes cautivar solo por el precio!