Abundó que la iniciativa del senador Manlio Fabio Beltrones será sometida al análisis del sector empresarial para revisar los efectos económicos de las propuestas planteadas, que si bien contienen el aspecto fiscal de reducir impuestos al sector empresarial, se debe cuidar que el gobierno federal cuente con los recursos necesarios para hacer frente a los problemas, como ya lo hizo durante la crisis del 2009.

“El hecho de plantear una reforma hacendaria es ya un paso loable”, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en su análisis semanal.

Si bien los preceptos de la iniciativa fiscal resultan atractivos, el sustentar cómo logarlo parece una tarea difícil. Y es que lo benéfico que puede ser el IVA se pierde cuando se observa que el resto de bienes y servicios gravados con tasa cero se mantiene sin cambio, así como el régimen de exentos.

“No está claro cuál será el incentivo para que los informales se regularicen, si para ello deberán ser gravados con un impuesto al ingreso que tendrán que cubrir adicionalmente al IVA. Para los trabajadores que buscan colocarse como asalariados podría no resultar tan desfavorable, toda vez que es muy probable que sus ingresos en el mercado formal se encuentren en un rango de hasta cuatro salarios mínimos, nivel que según la propuesta, se mantendrá protegido”, dijo el CEESP.

La Concamin, que encabeza Salomón Presburger, estableció que hay condiciones para el debate fundado en argumentos sólidos.

El sistema fiscal mexicano debe modernizarse y contar al menos con tres atributos básicos para cumplir con su cometido: ser equitativo y de fácil comprensión.