CIUDAD DE MÉXICO, 8 de marzo.- Generalizar el IVA a 13 por ciento, con exención para una canasta básica de alimentos y medicinas, reducir el ISR a 25 por ciento, crear un impuesto de control de tres por ciento para que lo cobren los estados, eliminar el IETU, crear un régimen de contribución de cinco por ciento para pymes, y eliminar los regímenes especiales son los principales puntos de la propuesta fiscal de los senadores del PRI.

El objetivo de esta reforma fiscal, que será presentada el jueves en el Senado, es lograr una recaudación de 180 mil millones de pesos adicionales, permitir que las entidades cuenten con mayores recursos y generar condiciones de equidad tributaria con un impuesto generalizado que sólo cubran los mexicanos con mejores posibilidades económicas.

Ayer, después de un mes de discusión con legisladores federales, empresarios, académicos y diversos representantes de los sectores sociales, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, anunció los cambios a la propuesta de reforma fiscal que presentarán en el Senado, pero que se discutirá en la Cámara de Diputados a partir del próximo periodo ordinario de sesiones que arranca en septiembre.

Beltrones detalló que los cambios realizados a la propuesta fiscal integral, trabajada junto con su compañero de bancada Francisco Labastida, es que la reducción del IVA no será a 12 por ciento, sino a 13 por ciento, mientras el ISR tendrá varios criterios, pero la tasa será de 25 por ciento.

Beltrones dijo que se propone la creación de un impuesto de control de tres por ciento para que se destine a los estados y terminar con los regímenes especiales.

De acuerdo con el borrador de la propuesta, de la cual Excélsior obtuvo un adelanto, para las personas con actividades empresariales la tasa se reduce de 30 a 25 por ciento; desaparece el IETU y se incorporan varios de sus criterios al ISR, al cual se le adoptará el concepto de causación a partir del flujo de efectivo, de ingresos y gastos realizados, en lugar de montos devengados.

También se aceptan como deducibles los intereses pagados y se adopta en ISR el actual tratamiento del IETU para la deducibilidad de inversiones y costos de venta.

En materia del IVA, la tasa se reduce de 16 a 13 por ciento, y se aplica la tasa cero a “animales y vegetales que no estén industrializados; carne en estado natural; tortillas, masa, harina y pan, sean de maíz o de trigo; leche natural y huevo, cualquiera que sea su presentación; azúcar, mascabado y piloncillo; sal, agua no gaseosa ni compuesta, excepto hielo”.

También quedarán exentos de IVA todas las medicinas —pero diferencian los productos de belleza o de cuidado personal, cuyos componentes no son medicamentos— y las exportaciones, equipo, diversos insumos y servicios para la agricultura y la ganadería.

En la propuesta se crea un impuesto de control de tres por ciento, que tiene la finalidad de combatir la informalidad, porque llevará a la población a privilegiar el consumo en los establecimientos formales que entreguen recibos, pues se cobrará para ser enterado a la Secretaría de Hacienda, pero se regresará a los contribuyentes en periodos trimestrales.

Para ello se facultará a las entidades a cobrar ese impuesto de control y se abrirá un plazo de al menos dos años para que los comerciantes informales cuenten con una máquina electrónica preparadas para emitir recibos a los usuarios de tianguis, mercados, tienditas y otros establecimientos que hoy operan de manera informal.

“Se agrega una tasa de tres por ciento a la tasa general, con carácter devolutivo y propósito de control. La devolución sería automática a los consumidores, mediante la exigencia del comprobante digital del impuesto pagado, obligatorio de expedir para quien traslade el gravamen.

“El comprobante digital deberá incluir el Registro Federal de Contribuyentes del consumidor; el saldo en favor del consumidor por la tasa de tres por ciento se acreditará en su cuenta fiscal o bancaria registrada ante la autoridad fiscal”, precisa el documento en la exposición de motivos.

Otro punto de la propuesta es crear un sistema de justicia fiscal simple, accesible y expedita, con mecanismos de defensa cuando las autoridades nieguen indebidamente una devolución al contribuyente, con la finalidad de que dichos mecanismos sean accesibles en términos económicos y procesales para toda la población.

La semana pasada, en entrevista con Excélsior, Francisco Labastida adelantó que los senadores priistas presentarán la propuesta fiscal el jueves, pero será turnada a la Cámara de Diputados, donde los legisladores federales la discutirán el próximo periodo ordinario de sesiones, con lo cual estará libre del debate electoral que imperará en los próximos cuatro meses.