Desde el viernes pasado, el departamento de Tránsito Municipal recibió del Consejo Estatal de Prevención de Accidentes Jalisco (CEPAJ), un alcoholímetro en comodato hasta que el Municipio tenga los dos propios que le corresponden.

A mediados del año pasado, la Dirección de Tránsito y Salud Municipal anunciaron la llegada de dos alcoholímetros, sin embargo, a causa de retrasos en los trámites de la Secretaría de Vialidad y Transporte del Estado, hasta ahora no han llegado.

Después del estudio de línea basal en últimos meses del 2010 y una campaña de concientización ahora vigente, el CEPAJ y la Iniciativa Mexicana de Seguridad Vial (Imesevi) decidieron dotar al Municipio con esta herramienta.

“El recibir este equipo para la medición de la alcoholimetría es para dar certeza jurídica de que la aplicación de la ley y el reglamento del estado, en el cual estamos basando ya nuestra actuación, sea apegada a derecho y no estemos violando algún principio de legalidad”, dijo el director de Tránsito Municipal, Carlos Antonio Carranza Alor.

Aunque por el momento Tránsito Municipal no hará operativos para usar el dispositivo, sí los aplicará en todos aquellos conductores que cometan una infracción, como no portar cinturón y manejar a exceso de velocidad, entre otras, además de que presente conducta sospechosa.

Los encargados directos para aplicar el alcoholímetro son médicos municipales adscritos a la Dirección de Salud Municipal y sólo ellos están facultados para hacerlo.

“Nuestra dirección no va a operar el alcoholímetro, los que van a operarlo son los médicos municipales y quiero ser enfático en decir que no vamos a realizar operativos”, dijo.

Los alcoholímetros detectarán los niveles exactos de la intoxicación etílica que tiene una persona y, dependiendo de ella, será la multa que se aplique.

De acuerdo al artículo 168 de la ley de Vialidad y Transporte, la multa será equivalente de 150 a 200 días de salario mínimo vigente a los que conduzcan y se les detecte, de 50 a 80 mg de alcohol por 100 ml de sangre o .25 a .40 mg de alcohol por litro de aire expirado.

En caso de que algún conductor se resista a realizarse la alcoholemia será canalizado al Ministerio Público y las sanciones podrían ser mayores.

A manera de prueba, cada alcoholímetro imprimirá el informe de los niveles encontrados y, al ser único, servirá como prueba para que el juez municipal o el Ministerio Público la utilice al momento de sancionar.