La permisividad en la venta y publicidad de la cerveza tiene los días contados. La Cámara Baja rusa dio el primer paso para abolir su estatus especial este martes y, si finalmente prospera, comenzará a clasificarla como una bebida alcohólica más para adecuar su legislación al resto de países desarrollados.

Según informa The Daily Telegraph, Rusia está entre los tres grandes bebedores de cerveza del mundo junto a China y Estados Unidos. Aunque es más conocida por su afición al vodka, el consumo de cerveza también se ha consolidado entre los rusos, que la beben como si de un refresco se tratara.

Hasta ahora, la cerveza estaba considerada técnicamente como un alimento más, lo que permitía venderse por las noches y cerca de lugares públicos como los centros escolares, así como anunciarse sin ningún tipo de restricción. Con la llegada de la nueva ley, los rusos sólo podrán comprar cerveza hasta una hora límite y en lugares específicos.

El objetivo de las autoridades rusas es mejorar la salud de sus ciudadanos. El consumo de cerveza se ha triplicado en los últimos 15 años debido a su bajo precio y enorme disponibilidad, y su popularidad entre los menores de edad preocupa al Kremlin. El presidente Medvedev ha llegado a calificar la situación como un “desastre nacional”.