Lo anterior se obtuvo a través del Proyecto ODISEA, una investigación sobre el fomento de conductas moderadas respecto a las bebidas alcohólicas en universitarios, que realiza la Universidad Panamericana (UP) y la Fundación Domecq.

En esta segunda etapa llamada Intervención cognitivo-conductual para modificar los patrones de consumo, de las tres que componen el Proyecto ODISEA, se utilizó una muestra de 82 jóvenes de diferentes extractos sociales pertenecientes a la Universidad Panamericana, divididos en dos grupos, 46 alumnos en un grupo de

control y 36 en un grupo experimental.

En este proceso se aplicó un programa sicoeducativo con el cual se logró que siete de cada diez jóvenes universitarios redujeran el consumo de bebidas embriagantes hasta llevarlos a niveles adecuados a través del entrenamiento en habilidades cognitivo-conductuales, fomentándoles el autocontrol.

Joaquín Marban, jefe de la unidad de sicología de la UP, dijo que el proyecto lo trabajan desde hace tres años, de 2007 a 2008 encuestaron a mil 500 alumnos, establecieron factores de riesgo, de 2008 a 2009 el ensayo clínico se realizó con una muestra de 82 jóvenes que recibieron esta intervención sicológica, tipo sicoeducativa, y en 2010 iniciará la última fase.

Su eficacia ha sido de 69.4%, casi siete de cada diez sujetos ha logrado reducir su consumo gracias a este taller. Es un programa de interacción grupal llevado a cabo a lo largo de diez semanas, con pequeños grupos de ocho o diez personas, donde se trabajan módulos temáticos.

Se trabaja en el entrenamiento en la vida social, técnicas de relajación para el manejo de la ansiedad y de reestructuración cognitiva para modificar creencias y expectativas acerca del consumo de alcohol. Se enseñan una serie de estrategias

para que los jóvenes aprendan a moderar el consumo a niveles saludables, explicó Marban.

En el estudio resultó que la fobia social es un factor de riesgo para el consumo explosivo de alcohol, que puede reducirse