
Juzgue usted
20/01/2011
Francisco Castro Trenti
Francisco Castro Trenti
En el artículo "Horas extras" precisaba las inconveniencias de darle reversa a la nueva Ley de Alcoholes, cuestionando si era una cuestión de moral y orden social, o de pesos y centavos. Tal parece que lo que prevalece es esto último.
Tijuana.- La reciente iniciativa presentada por los diputados priístas Murguía, Lozano y Barreto para reglamentar el horario normal y extraordinario para la venta de licor -hasta las 5 am-, resulta una acción carente de sustento más allá de la retórica -rollo, pues- que toma más en cuenta la opinión de unos cuantos y no el sentir mayoritario que reclama mayor orden social y mejor seguridad pública.
De las opiniones a favor de la ampliación, hay una que no puede pasar desapercibida. El alcalde tijuanense ha insistido en que "se debe regular una actividad que de todas formas se está presentando en la ciudad", prefiriendo encuadrar la conducta ilícita dentro del marco legal para que deje, entonces, de serlo, cuando lo que debe hacer la autoridad municipal es actuar con destreza y firmeza, con honestidad y decencia, para hacer que se cumpla la ley y no incitar a su incumplimiento.
Por otro lado, hay quienes sostienen que no existen datos que sustenten que la venta en horas de la madrugada incide en accidentes de tránsito, cuando lo cierto es que no se trata sólo de accidentes sino de conductas ilícitas en general -delitos sexuales, homicidios, robos, entre otros-. Hay datos ciertos y duros, pero escondidos, que la autoridad no revela para tratar de justificar su postura. Tan ocultados son que si realmente las cifras delictivas en esas horas no fueran de consideración, las harían públicas. Por ejemplo, tratándose de homicidios, varios casos hay en que al interior de diversos 'antros' al calor de las copas se han cometido, y en el que los propietarios o encargados han sacado los cadáveres a la vía pública para que se siga vendiendo licor después de haber limpiado la sangre, pretendiendo engañar a la autoridad. En la Cacho, en la Plaza del 'Balazo' -anteriormente del "Zapato", bautizada así precisamente por eso-, en la avenida Revolución, en la Zona Norte, entre otros -sin citar la periferia-, múltiples casos hay. Familias enteras han quedado destruidas por la muerte de sus hijos, que habiendo salido a divertirse fueron victimados en riñas generadas al calor de las drogas y del alcohol, y esto se debe evitar de raíz en beneficio de la sociedad en general, y de la juventud en particular.
Respecto de accidentes con lesionados o muertos por conducir en estado de ebriedad, o de agresiones sexuales bajo ese entorno, ninguna autoridad maneja cifras públicas para estar en posibilidad de medir la incidencia. En este caso, no sólo la transparencia es importante sino la certeza de datos, en donde está visto que cada quién los maneja a su antojo y conveniencia. Por citar un ejemplo de esta manipulación, la página oficial de la SSPE celebra que "en el período de enero a noviembre de 2010, la incidencia delictiva del fuero común se ha disminuido en 13% en Tijuana", cuando lo cierto es que conforme a la estadística del Poder Judicial del Estado -confiable por cuanto a que tiene número, nombre y apellidos- en 2009 se iniciaron 7 mil 970 juicios penales, y en 2010 poco más de 12 mil, lo que significa -contando la variable de 'años anteriores'- que los juicios penales se incrementaron de un año a otro en más del 58 por ciento porque hubieron más denuncias presentadas. Y esto fue así porque -lógicamente- se cometieron más delitos, en una proporción igual o mayor -por los no denunciados- a ese 58 por ciento.
Bajo ese entorno, se debe comentar la iniciativa arriba referida.
Es reprobable pretender ampliar el horario regular hasta las 3 de la mañana, bajo el argumento de "debemos tomar en consideración que varios de los municipios de la entidad colindan con ciudades de Estados Unidos, y en dichas ciudades se vende licor hasta altas horas de la madrugada, y resulta fácil adquirirlo y continuar bebiendo en domicilios particulares", pues tan pueril afirmación es, además de falsa, frívola. Si los diputados quieren que nos comparemos con San Diego, habría que pensar en aspectos más importantes que la venta de licor -que allá se permite no más de las 2 de la mañana-, como bien podrían ser, entre otras, la eficiencia de la autoridad y el cumplimiento de las normas.
Por otro lado, los diputados justifican las horas extraordinarias para vender hasta las 5 de la mañana, argumentando "pretendemos que se incluyan en la ley, premisas indispensables sin las cuales no puedan otorgarse los permisos para horarios extraordinarios: programas firmes de prevención de accidentes, escuela para padres en materia de educación anti-adicciones, conductor designado, utilización de taxis, instalación de puntos de revisión por las policías municipales y de ser necesario, la implementación de alcoholímetros u otras medidas tendientes a la protección de los ciudadanos".
Aquí los diputados, además de mal, están actuando al revés, pues si quieren permitir las horas extras -que nada lo justifica- deberían implementarse, previamente, las medidas y programas que indican incluyendo mecanismos transparentes de supervisión y medición, y observar su cumplimiento y desempeño, porque eso de establecer requisitos para cumplirlos después es entrar al 'juego' de violar la ley por acuerdo.
Deben entender los interesados -insisto- que el consumo excesivo de licor altera los sentidos, perturba la conciencia, genera un ambiente de hostilidad y de imprudencia, y eleva la comisión de diversos delitos que, además, no se resuelven; pero también, que sus bolsillos no deben llenarse -las arcas municipales tampoco- poniendo en riesgo la integridad y el patrimonio de la inmensa mayoría que conforman los demás.
El tiempo en el gobierno corre, y la larga ruta es muy corta. Requiere talento, seriedad, y compromiso social. Hay que ser congruentes y demostrarlo no sólo con creces, sino con los pies en la tierra.
Fuente: La Ch
Categoría: REGULACION Y NORMATIVIDAD
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