Es un gran aficionado al boxeo, admirador de Muhammed Ali y del extinto Salvador Sánchez, amante de la naturaleza y empresario turístico de cepa. Crispín Mejía Leyva estudió Administración de Empresas Turísticas a nivel bachillerato y desde joven le gustó trabajar, quería ganar mucho dinero para crecer la empresa tequilera de su abuelo, y levantar su propio negocio en Puerto Vallarta, hasta que lo logró.

Hoy es un empresario, desde hace 10 años es dueño de la destilería donde elabora más de 3 mil litros mensuales de tequila artesanal Don Crispín y contra su voluntad está a punto de asociarse con un inversionista texano, para crecer y exportar su tequila.

Hace cuatro años adquirió un edén de 150 hectáreas que convirtió en un parque ecoturístico obligado para los visitantes más exigentes, sobre todo extranjeros, ansiosos de conocer dónde se filmó la película El Depredador, con el gobernador Arnold Swarzeneger y aprovechar la tirolesa, la cascada y spa.

Es también un personaje muy querido en Puerto Vallarta, pues además de producir empleos directos, genera muchísimos indirectos con los convenios que tiene con hoteleros, restauranteros, taxistas, guías de turistas, comerciantes de playa y de calle, quienes se llevan un porcentaje por cada turista que llevan a El Edén.

¿El tequila es garantía de éxito para los empresarios en Jalisco?

Bueno, el tequila ha sido una fortaleza para Vallarta porque hoy el turismo nacional y extranjero viene y lo busca, como busca al mariachi. Por fortuna, la industria lo ha sabido capitalizar y recuperarse después de haber sido desplazada por la cerveza.

¿Cuál es la producción de Don Crispín y cuál es la meta?

Un tequila artesanal siempre va a tener una producción muy inferior a la de un tequila industrial. Producimos 3 mil litros mensuales pero ya tenemos tecnología moderna para incrementarla a 7 mil u 8 mil litros para comenzar a exportar, aunque para lograrlo, y contra mi voluntad, necesito un socio inversionista que me apoye con capital; ya estoy en pláticas con un empresario texano y en febrero vamos a platicar par definir el rumbo.

¿Qué distingue a un tequila artesanal de uno industrial?

Desde luego el precio. El artesanal se dispara hasta 300% más porque en el proceso, que es a mano, se pierde muchísima concentración del producto. De una piña de 80 kilos, la fábrica produce 16 litros, mientras que en el artesanal producimos dos o tres litros; al quemarlo en el horno de leña se pierde un gran porcentajes de las miles, al exprimir las leyes otra vez se pierde miel; la fermentación es natural y tampoco rinde igual.

Cuando destilas pierdes mucho, entonces en todo el proceso de hacerlo a mano tiene un valor agregado, es más caro y tu mercado es más selecto.

¿Cuál es la inversión que se requiere para producir 3 mil litros al mes, y en caso de exportarlo hacia qué mercados se perfilarían?

Con equipo y mano de obra calculo que unos 100 mil pesos al mes y la utilidad es como de 400 mil pesos. Si se concreta la exportación en el corto plazo, hay países muy interesados en el tequila mexicano y ofrecen buen potencial como China, Brasil, Argentina, España y Francia.

¿Y El Edén, cuantos visitantes recibe?

El promedio es de 400 a 500 visitantes diarios, pero en temporada alta las cifras llegan a subir hasta los mil o mil 500 visitantes. Operamos con paquetes en apoyo al turista, pasamos por ellos a la zona hotelera y regresamos a cada uno a su hotel.

El precio de la tirolesa, que es el máximo atractivo del parque, es de 960 pesos, tenemos precios bajos porque hay mucha competencia y la disputa por el cliente ya no es por la calidad del servicio, sino por el dinero, aunque lamento que esta diferencia muchas veces la da el precio.