Como recordará, InBev de Carlos Brito llegó a la cervecería más importante del país y que posee un 58 por ciento del mercado, vía la adquisición global de Anheuser Busch. Esta ya tenía ese porcentaje.

Adicionalmente desde mediados de año SABMiller ha agregado más presión a ese negocio al reiniciar un procedimiento en la Comisión Federal de Competencia (CFC) de Eduardo Pérez Motta contra Modelo y Cuauhtémoc-Moctezuma poseedora del otro 42 por ciento de las ventas nacionales de cerveza.

Ya en 2005 había denunciado a ambas por prácticas anticompetitivas. Tras dos años de investigaciones, aunque la CFC declaró dominantes a las empresas y cuestionó las exclusividades, en realidad no se llegó a nada.

Las acusadas lograron matizar el proceso al exigir la ampliación del mercado relevante con la incorporación de productos alcohólicos premezclados.

SABMiller que preside Graham Mackay entró en esa época en un proceso de fusión con Molson Coors, por lo que su énfasis en el expediente se debilitó.

Sin embargo en esta ocasión le adelantó que la sudafricana, la segunda del mundo, va con todo para modificar de fondo la forma como opera el rubro de las cervezas.

En su reciente recurso se cuestiona la existencia de las exclusivadades con las que operan las mexicanas con los denominados “detallistas independientes”, esto es mayoristas, misceláneas, bares, cantinas, restaurantes.

Se considera que vía la compra de esas exclusividades, muchas veces en complicidad con los municipios —dado que la venta de alcohol requiere permiso—, se bloquea la llegada de otros competidores.

De esta manera se inhiben las opciones al consumidor, restringiéndolo sólo a lo que ofrece un ambiente oligopólico.

SABMiller que dirige Armando Valenzuela Gaxiola está convencida de que esas prácticas ya no corresponden al México actual y menos a lo que impera en el mundo.

La estrategia de SABMiller es coordinada desde Miller Internacional Américas que comanda Jeff Hembrock y se espera que sus gestiones en la CFC rindan frutos en un año.

La cervecera no piensa ceder ni un ápice para acrecentar su presencia aquí, que es el sexto mercado más influyente del mundo.

En la medida en la que sus ventas lo justificaran, realizaría las inversiones necesarias para responder, lo que traería un efecto multiplicador en otras industrias.

Tras 13 años en México, SABMiller se puede decir que ha naufragado. Su accionar no ha pasado de tres ciudades fronterizas, Reynosa, Laredo y Matamoros con una participación del 18 por ciento.

También ha ganado presencia en autoservicios como Wal-Mart de Scot Rank, Soriana de Ricardo Martín Bringas, Casa Ley, HEB, Calimax, por citar algunos, aunque ese segmento a nivel nacional sólo es un 5 por ciento de las ventas totales.

El grueso son las misceláneas con más del 60 por ciento, mientras que restaurantes, bares, cantinas son un 25 por ciento. OXXO que lleva Eduardo Padilla es un 4.5 por ciento.

SABMiller está en 76 países, entre ellos todo Africa su continente origen, Europa, Centro y Sudamérica, Australia, India y China.

Tiene ventas por 26 mil 300 millones de dólares, 70 mil empleados y produce 216 millones de hectolitros de cerveza. Cotiza en Londres, donde está su casa matriz, y en Johannesburgo.