Domecq 1948, excelente vino conmemorativo

La señal es: este es mi mercado y estoy presente, con productos de lujo: Domecq México lanzó el vino Pedro Domecq 1948, en una edición limitada para el mercado local, dos reservas 2006 y 2007, numerada, un modelo de excelencia vitivinícola.

La empresa vitivinícola líder de mercado nacional presentó dos excelentes vinos, de primer nivel, muestra que en México se producen vinos de primer nivel, elaborados para el gusto mexicano, por la empresa que lleva desde 1948 produciendo en México, pionera en Baja California.

Pedro Domecq 1948 es un vino conmemorativo del año de la fundación de Casa Pedro Domecq en México, año en que Don Antonio Ariza, junto a Pedro Domecq, comenzaron a realizar sus sueños de producir los mejores vinos y brandys en México, impulsado la vitivinicultora nacional.

Los Domecq 1948 cuentan 800 pesos y se pueden adquirir en tiendas selectas, aquellas a las que son asiduos los conocedores.

Las dos cosechas reposaron 24 meses en barricas de roble francés y 12 meses en botellas, con guarda recomendada de cinco años. Un vino coupage artesanal para conocedores, con atributos excepcionales.

En efecto, la cita fue en Sn Regis, en la ciudad de México, el hotel de más prestigio y lujo en la capital de la república. La empresa líder en el merado de vinos de mesa presentó su etiqueta conmemorativa en una reunión organizada con muy buen gusto, en un salón con muebles cómodos, gran pantalla en el centro y, en uno de los costados, varias botellas del nuevo vino, dispuestas para presumirlas.

Los conocedores estaban presentes, comentaristas y periodistas, antes de la presentación y cata, un cuarteto de cuerdas ejecutó piezas de Pachabel y Vivaldi, entre otros autores, mientras que se disfrutaba de champaña de la empresa.

El año pasado, por esta temporada, presentaron el 1948 cosecha 2006.

La Cata

Muy armado, el enólogo diseñador del vino, explicó las características de las dos cosechas, servidos en copas readel. Fue difícil apreciar su apariencia, dado las limitaciones de luz, propios del espacio, pero pudimos apreciar su nitidez y sus matices rubí, con brillo.

Ambas cosechas tienen excelente nariz. La prueba máxima, el paladar, confirmó que existe sapiencia, experiencia y técnica en Casa Domecq, con lo que se pudo lograr un vino de gran calidad, para el paladar mexicano. Para mi, el excelente es la cosecha 2007, por lo homogéneo de su moléculas y la armonía de su toque en las papilas gustativas. Por su mismo es un manjar.