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COORDENADAS Por qué no se invierte.
11/11/2010
Enrique Quintana
Los empresarios, contra todo lo que se dice, no están invirtiendo en México, por lo menos, los empresarios mexicanos.

Ayer, el INEGI dio a conocer que la inversión fija bruta creció en 4.8 por ciento en agosto, lo que significa que en los primeros ocho meses del año el promedio fue apenas de un crecimiento de 1.2 por ciento.

Si viniéramos de un año excelente, se entendería este crecimiento tan bajo. Pero resulta que el año pasado tuvimos una caída promedio de 10.1 por ciento.

Estamos ahora apenas con el nivel que teníamos en 2007... pero 3 años después.

Las que no invierten son sobre todo las pequeñas y medianas empresas.

De acuerdo con los datos del Banxico, la inversión extranjera directa creció 29 por ciento en el primer semestre de este año.

Las cifras de la inversión pública están disponibles hasta el tercer trimestre de este año, y reflejan una caída de 4 por ciento en términos reales. Pero en este caso, la razón es que se está invirtiendo menos porque en el 2009 se usó este instrumento como un mecanismo para amortiguar la crisis que vivimos.

Así que la inversión del sector público puso su granito de arena -o quizá piedra- en los malos datos de esta importante variable.

Pero, en cualquier caso, el determinante fundamental de la falta de crecimiento es la inversión privada local, que no se está dando en la magnitud necesaria.

¿Por qué razón los empresarios mexicanos tienen un nivel tan bajo de inversión?

El tejido empresarial del País está basado en las empresas, micro, pequeñas y medianas.

A veces, cuando pensamos en la inversión privada nos imaginamos plantas gigantescas de industrias como la del acero o construcciones de naves industriales de miles de metros cuadrados.

La realidad es que buena parte de la inversión privada ocurre en la forma de pequeñas compras de equipos y enseres que los talleres, comercios o establecimientos de servicios requieren.

La falta de dinamismo de la inversión privada tiene que ver con la valoración de los niveles de rentabilidad y riesgo que hacen los empresarios.

Si creen que comprar una máquina nueva en un taller o acondicionar el local en un comercio les va a significar gastos que no van a tener una compensación en los ingresos, entonces la decisión será no hacer la inversión, aun cuando se pudiera contar con financiamiento para realizarla.

La clave para dinamizar la inversión en México es generar una expectativa diferente.

Es decir, lo que requiere para darle impulso a esta variable es cambiar la percepción de riesgo y mejorar la expectativa de los empresarios pequeños y medianos.

Hasta ahora, pese a la información positiva en multitud de variables, la mayor parte de los hombres de empresa no perciben la traducción de esas señales favorables en el mundillo en el que ellos se mueven.

Ojalá me equivocara, pero no veo a los funcionarios ni a los dirigentes empresariales con la capacidad de generar un cambio de percepción de la profundidad requerida.

Sólo creando de nueva cuenta la visión de que hay esperanza cierta de que las cosas vayan mejor en el mediano plazo, es como lograremos darle nuevo aliento a la economía mexicana.

Fuente: Reforma    
Categoría: INDICADORES ECONOMICOS Y PROSPECTIVA    





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