México está muy por encima de Sudáfrica, Brasil y Rusia, donde el sobrepeso afecta en torno a la mitad de los adultos, y también de la media de la OCDE (de la que forma parte), que es del 50%.

Menores porcentajes se constatan en China (casi el 30%) e India (en torno al 15%).

"Los países con ingresos medios y bajos tienen muchos menos recursos sanitarios para hacer frente a las consecuencias de la obesidad, que incluye tasas más elevadas de enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes y otros problemas de salud serios", alertaron los autores del informe.

Por eso el conocido como el "Club de los países desarrollados" recomendó a los emergentes que pongan en marcha estrategias de prevención sanitaria porque el coste de tratar las enfermedades que vienen de la mano de la obesidad "es mucho más caro".

La prevención de la obesidad y de otros comportamientos perniciosos para la salud, como el consumo de alcohol o de tabaco costaría unos cuatro dólares por persona y año en México, Sudáfrica y Rusia, unos tres dólares en Brasil y menos de dos en China e India.

Sin embargo, su aplicación inmediata permitiría aumentar muy significativamente la esperanza de vida en los próximos 20 años.

Esa estrategia, además, reduciría los costos sanitarios en la mitad de los países estudiados y sería rentable en los demás en un plazo de una quincena de años.

La OCDE recordó que son las dietas inadecuadas y la inactividad física las que están incrementando "rápidamente" las tasas de obesidad de los países emergentes, que se acercan a las del mundo desarrollado.

Paralelamente constató una creciente incidencia de la obesidad infantil en los países desarrollados, "que es más baja que la de los países de la OCDE, pero se mueve rápidamente en la dirección errónea".