Vinaterías, tiendas de abarrotes, bares y otros expendios de bebidas embriagantes rodean las escuelas violando las leyes que prohíben que en el Distrito Federal se comercie alcohol a menos de 300 metros de esas instituciones, acusó el asambleísta perredista Carlos Augusto Morales, presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano.

Al respecto, Faustino Gómez Lira, segundo superintendente de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y jefe de las unidades de Protección Escolar, señaló que incluso hay vehículos particulares que llegan, venden su producto y luego se retiran, lo que hace imposible calcular el número de estos focos de adicción.

“Cetis, Bachilleres, Conalep, preparatorias prácticamente están rodeadas de esos puntos de venta clandestinos de alcohol. También hay puntos móviles como coches o camionetas donde les venden bebidas embriagantes”, señaló el oficial de la SSP.

El fácil acceso a las bebidas alcohólicas incide en el aumento del consumo por parte de jóvenes

y adolescentes.

“Hace 20 años el consumo promedio empezaba a los 22, hoy ha bajado a los 12”, informó el diputado Morales.

El asambleísta asegura que la corrupción es la causa principal de que hayan proliferado ese tipo de establecimientos.

“Las adicciones entre los adolescentes se han transformado en un problema de salud pública”, advierte el diputado.

Al respecto los policías capitalinos también están dando la batalla contra las adicciones en los adolescentes.

Este año empezó un programa piloto en las delegaciones Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, mediante el cual 300 uniformados se encargan de la formación y seguimiento de 3 mil menores.

Consecuencias desastrosas

Al Hospital Psiquiátrico Infantil “Juan N. Navarro” diariamente llegan más casos de adolescentes alcoholizados.

María del Rocío Chávez, médico psiquiatra adscrita a la institución, recuerda el caso extremo de uno de sus pacientes.

Un adolescente de 15 años, ya psicotizado por el alcohol, mató a un niño de 8 años al tratar de sustraer dinero de la casa de éste para emborracharse.

Chávez enmarca este caso en el contexto del número creciente de expendios de alcohol que rodean las escuelas secundarias y preparatorias.

“Es un problema social bastante grande, porque sí hay muchos bares y tiendas de abarrotes donde se enmascara la venta ilegal de bebidas alcohólicas. A veces están hasta al lado de las escuelas. Obviamente es mayor riesgo para los adolescentes, porque tienen mayor disponibilidad para el consumo”, advirtió la psiquiatra.

De acuerdo con estudios realizados, aclara María del Rocío Chávez, los adolescentes tienden a no caminar demasiado lejos de su escuela para comprar alcohol.

Las consecuencias del alcoholismo en los adolescentes son desastrosas, explicó la psiquiatra, pues los menores son seriamente afectados en cuanto al funcionamiento del hígado y el estómago, entre otros órganos, además de que en algunos casos llegan a un estado fuerte de psicosis.

“El paciente se psicotiza. Ve y oye cosas. Dicen que ven al diablo. Que tienen animales caminando por su piel. Ven arañas en su cuerpo”, cuenta Chávez al recordar a algunos de sus pacientes.

La psiquiatra señala que el aumento actual del alcoholismo se ha dado más en mujeres adolescentes, lo cual es grave, pues el cuerpo femenino contiene mayor cantidad de grasa y esto hace que no se procesen bien estas bebidas, provocando un mayor daño físico y mental.

Las menores también son severamente afectadas por las tiendas que de manera ilegal venden el alcohol cerca de las escuelas, y a esto se une la presencia de lugares clandestinos a los

cuales acuden.

Antecedentes de depresión

De acuerdo con los estudios realizados por la psiquiatra Chávez, la depresión y el suicidio están fuertemente ligados con el alcohol,

“Lo que mayormente vemos, según la historia clínica que hacemos, es que son chicos que tienen antecedentes de depresión, llegando incluso a ideas de muerte o a intentos de suicidio”, dijo la especialista.

Tanto María del Rocío Chávez como Carlos Augusto Morales opinan que en el creciente alcoholismo entre los menores de edad influye una combinación de pérdida de valores en la familia y en la sociedad.

El diputado Morales planea proponer a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal una nueva materia escolar para ayudar a los adolescentes a enfrentar el problema del alcoholismo “que sirva como herramienta preventiva, para inhibir la propensión que se tiene al consumo de alcohol y las drogas.

“Esta materia tendría que ver más con el manejo de las crisis provocadas por el consumo de alcohol. Enseñar al adolescente a manejar las causas y las motivaciones, a manejar sus crisis”, explicó el presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano.

Finalmente, el asambleísta muestra algunas cifras que ilustran la situación: “La SEP, en una encuesta, determina que en el DF casi 400 escuelas tienen problemas relacionados con la violencia y las adicciones, de ellas 162 se encuentran en Iztapalapa y un número similar en Gustavo A. Madero, y simplemente se han quedado en ser detectadas, porque siguen presentando el mismo problema”.