Según su exposición, "las mafias mexicanas perderían buena parte de sus ingresos y les restaría poder criminal"

En realidad, son estos mismos criminales quienes poseen el poder económico y toda la logística necesaria para hacer de la marihuana un negocio tan lucrativo como lo son el alcohol y el tabaco.

Con la legalización del consumo de la marihuana, se legaliza toda la actividad económica/financiera que gira en torno a esta. Ello facilitaría el lavado de cientos y quizás miles de millones de dólares, producto del tráfico ilegal de otras drogas.

El negocio de los criminales que usted señala, está en el consumo, no en el tráfico. Mientras hayan consumidores, habrá negocio, ilegal o no.

Quitando las restricciones al acceso a una droga, en este caso la marihuana, la hará popular, barata y mucho más accesible para todos, incluidos los menores de edad; con lo que surgirá un nuevo problema de adicción, contra el que habrán de lidiar las autoridades sanitarias de su país.

Todos somos testigos de los graves problemas que la adicción al alcohol y el tabaco han acarreado por generaciones y que ni uno solo de los gobiernos del mundo ha logrado resolver de forma satisfactoria.

Por otro lado, no es correcto comparar las estadísticas de muertes relacionadas con el consumo de alcohol y tabaco; recordemos que éstas son drogas legales y de fácil acceso. La marihuana no lo es.

¿La legalización de la marihuana reducirá el crimen? Es muy poco probable.

Quizás haya cierta reducción del crimen vinculado al tráfico, pero seguramente surgirán nuevas y preocupantes estadísticas relacionadas con otros crímenes (asaltos, violaciones, robos) y muertes relacionadas con su consumo. Y la tendencia será a crecer.

No se trata únicamente de reducir el crimen de los narcos, se trata también de salvar vidas.

Las vidas de jóvenes que seguramente morirán en accidentes laborales o de tránsito, o por homicidios provocados por el alto consumo de marihuana. Imagine todas las repercusiones biológicas, sicológica y socio económicas que la legalización de la marihuana traería. (Absentismo a las escuelas o los centros laborales, deudas, depresiones, suicidios, etc.)

Creo que mantener las restricciones y hacer difícil el acceso a la marihuana por parte de la sociedad, es una medida correcta, que debe coordinarse con la reducción de esa base de consumidores que es el sueño de cada narcotraficante.

Otro tanto debe hacerse para reducir la exposición de la sociedad al alcohol y el tabaco.

El marketing y la publicidad que gira en torno a estas dos drogas legales, tienen cierta responsabilidad en que los jóvenes se fumen ese primer cigarro de marihuana o la primera pipa de crack. Hay abundantes estadísticas recopiladas, en las que se ha demostrado que bajo la influencia del alcohol se prueban nuevas drogas.

La educación y sobretodo la información son cruciales.

Un joven informado y educado sobre el uso de drogas y sus terribles consecuencias, es un consumidor menos en la bolsa de los narcos (y la industria del tabaco y el licor)