Nuevamente, la ley Antiobesidad encontró un escollo en su camino. Pese a que el Senado de la República la aprobó en lo general, regresó a comisiones algunos de los artículos más duros, como el que ordena la prohibición de la venta de alimentos y bebidas chatarra.

En una sesión que registró una presencia inusitada de cabilderos, el Senado aprobó en lo general la Ley Antiobesidad, pero echó para atrás cambios que ya había aprobado y que hacían más severo el ordenamiento, al prohibir la venta de alimentos chatarra, así como su publicidad, en escuelas y deportivos.

Así, en unos minutos, cuando se aproximaba a aprobarse una reforma con más “dientes”, se decidió regresar los dos artículos a sólo dos comisiones, de Salud y de Estudios Legislativos, Segunda, a pesar de que el dictamen fue elaborado por cinco comisiones, las cuales están citadas para reunirse hoy mismo a las 10:30 con el fin de aprobar los artículos pendientes y regresarlos al pleno.

El coordinador del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, reconoció que lo que sucedió ayer en esta votación fue “una cosa muy penosa”, y reveló que se decidió frenar la aprobación del dictamen en los artículos reservados porque se prohibió totalmente la publicidad, incluida en medios electrónicos, de los productos chatarra, lo que generó preocupaciones y temores.

Interrogado sobre si sintió algún tipo de presiones, Navarrete dijo que las intuyó.

El senador panista Ricardo Torres Origel reconoció que esta decisión podría significar un “nuevo atorón en el proceso” para aprobar la ley antiobesidad, además aceptó que “es obvio” que detrás de todo esto “hay muchos intereses”.

No descartó que si llega a aprobarse el dictamen, pueda frenarse en la Cámara de Diputados donde hay “intereses”. Rechazó problemas jurídicos con el dictamen, como ha sugerido Francisco Arroyo (PRI).

En su opinión, sin esos dos artículos que deberán abordar las comisiones, el dictamen en su totalidad no podrá ser avalado.

Opinó que hay una estrategia para tratar de “amortiguar” el dictamen, llevada a cabo por el PRI para posicionarse ante la sociedad, para que al final se apruebe el dictamen original.

La presidenta de la comisión de Educación, Teresa Ortuño (PAN), opinó que ayer el PRI trató de “lavarse la cara” ante la sociedad, por la presunción de conflictos de interés, publicados por EL UNIVERSAL, y trató de “estirar la liga” aprobando medidas más severas, pero festejó la rectificación y que ahora en comisiones podrán corregirse.

La aprobaron con 89 votos a favor en lo general y en lo particular a artículos no reservados. No hubo votos en contra ni abstenciones, pero se registraron 26 reservas a varios artículos.

Conflictos de intereses

La discusión estuvo antecedida por un intenso debate en que PAN y PRI cruzaron acusaciones por los señalamientos de conflicto de interés.

El PRI, en un comunicado, rechazó que exista conflicto de interés entre sus legisladores para frenar el dictamen, ante los señalamientos contra la senadora Socorro García, y sostuvo que sus colaboraciones han servido para mejorar las reformas.

Afirmaron que es necesario acabar con la “simulación y el doble discurso que el gobierno federal ha manejado en la materia, con el acuerdo nacional emitido el 23 de agosto, y se pronunciaron por “prohibir” la chatarra y no sólo limitarla.

En la discusión de los artículos reservados, a propuesta de Ricardo Monreal, coordinador del PT, el Senado endureció la reforma al aprobar en el artículo 301 de la Ley General de Salud la prohibición de publicidad de alimentos chatarra en centros deportivos y escuelas, así como la venta y distribución en centros escolares, de esos productos, y su publicidad.

El dictamen original planteaba “limitar” la venta y la publicidad de la comida chatarra.

En el artículo 307 —también a propuesta del senador Monreal— quedó prohibida la publicidad de alimentos y bebidas con bajo contenido nutricional, y alto contenido en grasas, sales y azúcares solubles.

Sin embargo, el PRI —a través de Francisco Arroyo Vieyra— argumentó que los cambios generan contradicciones, por lo que propuso echar atrás lo aprobado, lo cual fue avalado por el pleno. Los dos artículos fueron regresados a las comisiones.

El senador del PRD Pablo Gómez les recordó que ya estaban aprobados y advirtió de la dificultad “procesal” de la decisión. “No quieren prohibir la publicidad de la chatarra porque no sólo afectan a los ‘chatarrosos’ que producen esos artículos, sino a quienes les hacen la publicidad, y como ellos no pueden comer sólo una, y están muy influenciados con el vehículo informativo, entonces quieren quitar la parte aprobada, pero eso no se puede ya”. dijo.

De esta forma, el paquete de reformas sólo fue aprobado en lo general, y faltó concluir el trámite de los artículos reservados en lo particular. Se espera que hoy continúe en el pleno la revisión de los artículos reservados y que quedaron pendientes.

Lo que sí se aprobó fue adicionar al artículo 113, a propuesta de la senadora Socorro García Quiroz, de facultar a la SEP y a la Secretaría de Salud, a formular, proponer y desarrollar programas de educación para la salud que prohíban el expendio o distribución en los centros escolares de productos chatarra e impulsen la actividad física. En este punto se retiró la limitación al “consumo” de estos alimentos en escuelas, lo cual es impulsado por el senador del PAN, Guillermo Tamborrel, quien consideró que si no se limita el “consumo” le estaríamos “haciendo al Tío Lolo”.

Se aprobó instalar bebederos en escuelas, cuyo servicio será gratuito y se garantizará que se usen filtros y agua potable, con calidad, inocuidad, suficiencia y accesibilidad, a propuesta del senador Antonio Mejía Haro, del PRD, con depósitos de agua potable, equipados con filtros y bebederos públicos.